Buscador de temas en el blog

viernes, 17 de junio de 2022

Colonia Monte Grande

Colonia de Monte Grande


Primer asentamiento en            la colonia de 

Monte Grande


La colonia de Monte  Grande se formó luego que el cónsul inglés en estas tierras Woodbine Parish lograra el "Tratado de Amistad, comercio y navegación" en 1824, en el que se reconocía la independencia de las Pcias. Unidas y se declaraba libre culto para los habitantes de origen británico, es así que un grupo de escoceses presbiterianos que escapaban del hambre y las persecuciones de una Inglaterra  anglicana e intolerante de principios del siglo XIX se arriesgaron a cruzar el océano para afincarse en nuestras pampas. 

Los hermanos Jhon y William Parish Robertson, ya intalados hacía tiempo en nuestras tierras practicando activamente el comercio fueron los que actuaron como promotores de la colonia agropecuaria que se establecería inicialmente, según acuerdo con Rivadavia en tierras otorgadas en Enfiteusis, pero a la salida del poder del ministro los hermanos tuvieron que comprar  el territorio de tres estancias a Juan Gibson La de Monte Grande, a don Diego Barton  La de la Laguna y a Felix Castro una fracción  la de Santa Catalina que luego alquilarían a los colonos. Territorios que  hoy ocuparía  las localidades de LLavallol, Luis Guillón y Monte Grande. Distritos de Lomas de Zamora y E Echeverría. 

Se trataba de 6500 hectáreas o sea unas dos leguas y media con la ventaja de estar a cinco o seis leguas de Buenos Aires.

Colonia de Monte Grande

Cecilia Grierson
La doctora Cecilia Grierson en 1925, al cumplirse un siglo de dicha experiencia, decidió
escribir un libro con las anécdotas de este grupo de escoceses entre los que se encontraban sus abuelos. Por su formación y el conocimiento de que los colonos y sus familias conservaban la lengua inglesa en sus hogares, aún en el momento que ella se puso a escribir una reseña sobre ese proyecto colonizador, dudó en hacerlo en este idioma, porque tal vez algunos viejos escoceses todavía no entendían el castellano fluidamente, pero finalmente decidió hacerlo en castellano para que fuera más accesible para la población en general. Se trata del libro sobre "Colonia Monte Grande. Primera  y única colonia formada por los  escoceses en la Argentina" .

La misma Cecilia Grierson hace mención a una reseña anterior que considera incompleta y que se publicó en 1878 por Mr. James Dodds como "Records of the Scottish Settlers in de River Plate" que se elaboró a partir de artículos periodísticos, papeles y recuerdos familiares, de su pastor y anécdotas de algunos sobrevivientes de la colonia. 

Cecilia Grierson reconoce haber tomado datos de "The English in South América" y "Han Book of the River Plate" escritas unos sesenta años antes por M. E. Mulhall fundador de "The Standard". Y  de las obras de los hermanos Parish Robertson "Letters on Paraguay"; "Francia´s Rein of terror" y "Letters on Sounth América" como así también relatos de Woodbine Parish.

Según la doctora los propios Parish Robertson tomaron especial cuidado  en seleccionar la gente para la colonia, llegando a entusiasmar a parientes y amigos para que tomaran parte en la aventura.

La colonia se formó con el acuerdo del ministro de gobierno del gobernador de la Pcia. de Bs As.  Martín Rodríguez, Bernardino Rivadavia, en 1824 que quiso impulsar la agricultura en nuestras pampas. En un acuerdo previo se establece que el gobierno adelantará una suma de dinero  y prooverá herramientas y otros útiles que se entregarán  previo arreglo con los colonos para la devolución de lo recibido  en un período que no les fuera oneroso, que los colonos  no estarían sujetos a ningún cargo, deber, ni impuesto fuera de los comunes a los demás habitantes, que se les aseguraba libertad de culto, el permiso de formar una milicia y la tierra ocupada a perpetuidad..

Los Parish Robertson encargaron a William Grierson de comprar en Edimburgo herramientas, útiles y enseres más indispensables para los que no podían  costearlos personalmente y le encargaron de la administración. Se ha encontrado el detalle  de herramientas  para el trabajo de las huertas: guadañas, cabestros, arneses, látigos para carros, y herramientas para trabajar las chacras como arados y rastras, objetos de lomillería, monturas y dos carros con elástico, los primeros del país.

Jhon P. Robertson había vuelto a Europa en uno de sus barcos mercantes y lo hizo equipar para el traslado de los colonos.

Llegaron  alrededor de 200 familias enteras de todas las profesiones y oficios; 43 parejas de casados, 42 hombres solteros, 14 mujeres solteras y 78 niños partieron de Leith y después de un viaje de 78 días en la fragata "The Symmetryof Scarboro" llegaron al Río de la Plata. La llegada los recibió con la primer sorpresa, Buenos Aires no tenía muelle, se debía trasbordar a barcas y luego a las carretas de gigantescas ruedas para finalmente salir del río. No sólo eso sino que  ya Rivadavia no estaba en el poder, hasta el mismo Parish Robertson estaba ausente por negocios, así que nadie fue a recibirlos.

fragata en la que llegan los escoceses a Monte Grande



Llegaron a este suelo con ansias de trabajarla y poder sacarle, con trabajo duro, sus frutos.  Para ello a su llegada fueron trasladados en carretas de bueyes a la zona donde se establecería la colonia de Monte Grande.

Llegaron granjeros especializados, carpinteros, albañiles, agrimensores, un médico, un arquitecto, un pintor, dependientes comerciales, serruchadores, un alguacil, pintores, zapatero, cuidador de caballos, herreros, agrimensores, un matarife y 50 personas como  personal para servicio doméstico y obreros de chacra.

El terreno de Monte Grande y Santa Catalina era un cardal tupido al entregarselo a los colonos que sólo por ser emblema de su país perdonaron el trabajo  que les costó extirparlo. Mr. Tweedie, el jardinero principal de Santa Catalina, inventó una máquina que facilitó la tarea.

Colonia de Monte Grande

La flor de cardo es consideraba emblema de los escoceses.

Los colonos utilizaron el tala para hacer cercos vivos que les resultaban baratos y muy útiles.
Los campos incultos se transformaron en huertas, quintas; chacras y bosques; habiéndose platado millares de árboles frutales como de bosque.

Según Cecilia la mayoría de los colonos tenía una buena cultura intelectual: poseían conocimientos generales, sabían su literatura nacional, y aun los menos educados recitaban los versos de sus poetas escoceses. Su afición a la lectura les hacía aumentar su caudal de conocimientos durante toda su vida. La música de gaitas era bastante generalizada y algunos tocaban el órgano, especialmente en sus ceremonias religiosas. Eran muy debotos, dedicando los domingos a su culto.  
Sin embargo no fueron afectos a entrar en contacto con los habitantes del país  y mucho menos formar familia entre ellos; pues era boycoteado no solo en sus relaciones sociales, sino en sus industrias o actividades. Tampoco fueron afectos a aprender el español. Lo que parece haber sido recíproco ya que parece que algunos naturales del país consideraron "herejes" a los escoceses e hicieron rodar algunas calumnias sobre los colonos.

Entre el grupo de colonos como dije llegó el matrimonio de los abuelos de la primera doctora argentina:  William Grierson  de 32 años junto con su esposa Catherine Kelton Montgomerie y tres de sus seis hijos: William de10 años, Margaret de 2 años y Frances.Otras tres hijas habían quedado en Escocia al cuidado de su abuela materna: Jessie de 4 años ,Jane de 5 años y Catherine de 6 años. Jessie y Jane vinieron de adultas al país y aquí se quedaron, formaron sus familias y fallecieron en la Rep. Argentina. Catherine, vino al país pero se volvió después de dos años a Escocia, y allí falleció siendo soltera. En la Rep. Argentina, el matrimonio tuvo cuatro hijos más: James en 1825, John, el padre de Cecilia en 1828 apadrinado por uno de los hermanos Parish Robertson apellido que se le colocó delante del Grierson , Grierson-varón (en 1829, falleció a los 3 dias) y Marrion que nació en 1833.


En poco tiempo un censo mostró el aumento demográfico importante, no sólo debido al crecimiento vegetativo de los colonos, sino a la suma  de población criolla que se acercaba a fin de obtener trabajo como peones en el cultivo de frutas, verduras y hortalizas, crianza de animales de granja y en la producción lechera, en la cremería y fabricación de quesos.
 
Apenas  llegaron los escoceses hicieron gestiones para conseguir un maestro de escuela para los hijos de los colonos. Consiguieron que de Glasgow viniera el reverendo W. Brown para ejercer como pastor y maestro.




flor de cardo

Hacia 1828 los colonos de Santa Catalina eran 514 (de los cuales 326 eran escoceses y el resto nativos). Había 31 casas de material, 145 habitaciones, y 47 ranchos. Los sembrados cubrían 1.040 acres con durazneros y otras plantas; 2.148 acres cultivados con  trigo y maíz. y cercados, y 12.812 acres con pasturas. Los vacunos ascendían a 2.754 contando vacas lecheras, bueyes, y las ovejas eran 990.
 
 Fue en esas primeras chacras que aparecería los primeros panes de manteca envueltos en papel. También se le debe a estos colonos la incorporación del surky.

El tratado de amistad estableció que los súbditos británicos podían practicar su religión pública o privadamente y establecer cementerios y capillas. El culto presbiteriano es uno de los pilares de la cultura escocesa. El arquitecto Richard Adams construyó la primera capilla protestante en territorio Argentino.  En 1826 comenzó a funcionar la capilla en la chacra de La Laguna. Investigaciones recientes realizadas con detectores de metales y utilizando imágenes satelitales para tomar referencias en relación al Camino Real,  habrían encontrado clavos cerca del "tala abuelo" que se encuentra en una sobreelevación dentro de la Reserva Natural Laguna de Rocha de lo que se deduciría que allí estuvo emplazada la capilla.

Hasta no tener Consulado en Bs As, los matrimonios se celebraban a bordo de buques de esa nacionalidad.

 
Colonia de Monte GrandeEn la zona de Santa Catalina se construyó una edificación para los hermanos Parish Robertson donde en aquellos tiempos supo cobijar a los inmigrantes escoceses hasta que armaran sus casas con ladrillos cocidos y chacras. En la zona donde se estableció posteriormente la casona donde hasta hace pocos años  funcionaba el rectorado de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora.  
Algunos de los árboles que constituyen todavía hoy el Bosque de Santa Catalina fueron plantados por ellos, robles, fresnos, encinas, olmos entre otros, es decir productores de madera para trabajos de carpintería. 


Desde la colonia  que proveía a Buenos Aires de productos de granja, verduras y  hortalizas limpias y clasificadas, quesos, dulces, jaleas y manteca higiénicamente elaborada, se inició en el país la plantación de papas, se implantó en la Laguna uno de los primeros molinos harineros, se comenzó con  la crianza de cerdos,  y se distribuyeron  416 hectáreas para árboles frutales.

Esta primer experiencia de inmigración y colonización en Bs. As. fracasó, en gran parte por el incumplimiento de los gobiernos de turno, recordemos que Rivadavia abandona el poder en 1827,  en especial en posibilitar la propiedad de las tierras que trabajaban en propiedad y entregar herramientas y  útiles necesarios. También tuvieron que hacer frente a una sequía y a una manga de langostas.
Se propagó entre los colonos un descontento porque no podían comprender que pudiera haber una fuerza mayor para el estado, que impidiera cumplir la palabra empeñada y como buenos presbiterianos consideraban la mentira y el engaño como las más reprochables acciones.
 Algunos de los colonos con buenos conocimientos de agricultura y ganadería se extendieron por otras zonas y se convirtieron de peón en patrón. Mientras que los que tenían oficios manuales se dirigieron a la ciudad donde prosperaron rapidamente. En reemplazo de los que fueron abandonando la colonia se emplearon nuestros paisanos, conocedores de las faenas campestres. Pero también se sumaron británicos engañados por otras firmas colonizadoras y británicos y escoceses que habían llegado antes de 1825. 

Finalmente la colonia fue víctima de ataques durante las guerras civiles lo que terminó de dispersar los colonos
 que quedaban.

 Aunque no terminó de prosperar como se esperaba, los escoceses no abandonaron el país, sino que se irradiaron hacia otros destinos.
Un grupo se radicó en San Vicente, otros en Chascomús, Temperley, Quilmes y Lomas, entre muchos otros destinos.

escoceses en Temperley


Casona de la familia Bell en Temperley, también ocuparon terrenos en Ensenada,
Punta Lara, Gonet hasta Villa Elisa es por eso que la zona se conoce como City Bell. 

Los hermanos Jhon y William Parish Robertson perdieron su fortuna, en 1831 vendieron la estancia Santa Catalina al señor Guillermo Tayleur y las estancias La Laguna y Monte Grande a Thomás Fair y regresaron a su tierra natal. Primero se fue Jhon y cuatro años más tarde William para terminar con la venta de sus bienes y regresó a su casa junto a su esposa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario