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sábado, 15 de junio de 2013

Abuso sexual infantil, como detectarlo y evitarlo.

Cómo identificar 

 y actuar
frente a posibles
 abusos en los  niños.



                                                                                        

Son días difíciles para los padres de niños y jóvenes. En estas últimas horas la sociedad argentina se vió sacudida por la aparición del cuerpo torturado de una adolescente y una  multiplicación de casos sobre abusos sexuales y maltrato infantil -que se dieron en varios jardines de infantes de Buenos Aires- lo que reanudó la discusión en relación a cómo detectar este tipo de agresiones en los más pequeños y en qué forma encarar la prevención de este problema.
En este tema, el cuerpo y la conducta de los niños pueden ser aliados para desterrar dudas, especialmente cuando predominan las limitaciones para verbalizar lo ocurrido. Es allí donde los especialistas aconsejan hacer hincapié, con el fin de atajar desde el inicio el conflicto y encontrar una solución integral en el tiempo.
La mayoría de los profesionales idóneos en la materia coinciden en señalar la importancia de que la familia acentúe la mirada y acelere la consulta apenas comprueba ciertas anomalías. Además, enfatizan la necesidad de acompañar este proceso bajo la supervisión y contención de un equipo de profesionales entrenados.
Según proyecciones realizadas por la American Academy of Pediatrics , el 1% de los niños del mundo sufrirá anualmente un abuso sexual. En la Argentina, donde no existen cifras oficiales, se estima que sólo se difunde 1 de cada 10 casos ocurridos. Estudios recientes indican que las denuncias se triplicaron en los últimos ocho años. Peor aún, en el 90% de los casos, los abusadores son intrafamiliares o  de  personas cercanas a la familia o que mantienen una relación significativa con el menor, como docentes, vecinos o amigos de los adultos, en quienes el niño confía y de quienes espera protección.
"Se considera abuso o acoso sexual en niños a toda actividad que sea llevada a cabo por un adulto y que tenga connotaciones sexuales. Ocurre sin el consentimiento y en condiciones de desigualdad entre el abusador y la víctima, como consecuencia de algún tipo de coerción, por lo que conlleva a un acto de poder sobre un niño por placer del adulto", consigna Marisa Russomando, directora del espacio La Cigüeña.

En general, esas actitudes reúnen manifestaciones diversas, lo que no necesariamente implica hablar sólo de contacto físico.                                                                    
                                                                      
En ese sentido, los chicos afectados deben pasar por distintas situaciones, que van "desde la penetración o agresión física o contacto físico (tocamientos, masturbación, sexo oral), exhibicionismo o erotización con relatos de historias sexuales, como videos, películas y fotografías".

Se pueden encontrar signos físicos, e indicadores psicológicos, basados en el relato del niño cuando no hubo penetración.
Por lo general, las “señales de alarma” que deben tenerse en cuenta ante una víctima son cuando:
  • Verbaliza que fue abusado y espera que se le crea para ser protegido
  • Habla de partes sexuales o de actos sexuales cuando aun no comprende acabadamente el contenido o si es inadecuado para su edad
  • Se encierra en si mismo, tiene conductas regresivas (enuresis) o se vuelve temeroso a cuestiones especificas
  • Demuestra angustia sin aparente motivo, cansancio o apatía permanente, conductas agresivas persistentes, evitación exagerada al contacto (aislamiento)
  • Tiene pesadillasabuso sexual infantil
  • No habla (mudez), o tartamudea
  • No mira a la cara a la gente o habla mal de casi todo el mundo
Si puede verbalizarlo adecuadamente, tiende a proteger al agresor o minimiza sus actos (algunas veces porque esta amenazado o persuadido por el mismo agresor)
No obstante, se debe aclarar que la presencia de estos signos no confirma en todos los casos la existencia de un abuso. 


¿Qué hacer ante un posible abuso?
Ante las señales ya sean físicas o psicológicas, el primer paso es no perder la calma y actuar con prudencia, responsabilidad, discreción y sentido común. En la práctica esto se traduce en realizar enseguida la consulta al pediatra de confianza, sin caer en la tentación de apabullar al chico sospechado con preguntas incómodas o que no sabrá responder por su corta edad. A partir de ahí, se decidirá si se requiere o no de una evaluación psicológica", dice el Dr. Horacio Vommaro, psiquiatra  que preside  la Asociación de Psiquiatras Argentinos (APSA). Luego se debe proceder conforme a la evolución del tratamiento y el consejo de los especialistas. "Lo principal es ayudar a la familia y cuidar al pequeño, que debe sentirse contenido, admirado y sin prejuicios alrededor", agregó. "Siempre habrá que creerle [al chico] y recurrir al asesoramiento de profesionales entrenados”  En los hospitales públicos infantiles cuentan con protocolos de actuación y profesionales idóneos en la materia.

Medidas de prevención
"Para evitar estas situaciones es recomendable promover la educación sexual tanto en la familia como en la escuela, que oriente a los niños hacia el respeto y el cuidado del propio cuerpo. Ello implica no hacer nada que no quiera y no dejarse hacer nada que no quiera o considere malo".
También se resalta el papel contenedor y de prevención que puede desarrollarse en esta tarea la escuela, como receptor de lo que hace a la sociedad.
Sin embargo en otros casos se recomienda  por ej. la posible instalación de cámaras de seguridad en las instituciones educativas para ejercer un mayor control de lo que sucede puertas adentro.



Indicadores para detectar

Físicos: lesiones en zonas genital y/o anal; sangrado vaginal y/o anal; infecciones genitales o de transmisión sexual; flujo vaginal con presencia de gérmenes no habituales en niñas.
Psicológicos:
PREESCOLARES: conductas hipersexuales o altamente eróticas; preocupación genital obsesiva; búsqueda de los otros para participar en conductas sexuales; excesiva masturbación, masturbación con objetos; explícita muestra de conductas y actos sexuales en el material de juego; trastornos del sueño (pesadillas, temores nocturnos asociados con algún lugar, persona u objeto); comportamiento excesivamente sumiso; conductas regresivas; retraimiento social.ESCOLARES: cambios bruscos en el rendimiento escolar; comportamiento excesivamente sumiso; problemas con figuras de autoridad; coerción sexual hacia otros niños; fobias; sobreadaptacion.




Para remitirse a educación sexual integral desde la niñez remitirse al artículo del dìa 9 de junio de este blog.


Fuente:
 Diario La Nación, Bs As. on line,