La Historia de la Quinta María Elena, hoy
Polo Judicial de E Echeverría
Más conocida como la Quinta de Barceló, este
chalet fue construido en la década del 30. Constituyó una de las mansiones
emblemáticas de Monte Grande. Consta de tres pisos con veinte habitaciones, una
infinidad de pequeñas dependencias, baños, escalera de mármol y túneles que
alimentan mitos.
Originalmente
en la década del ’20, ya se hallaba asentado “Villa Iris”, el “Chalet”
de Pedro Falabrino en Av. Enrique Santamarina y Recondo de Monte Grande.
Después a finales del `20 y principios del `30, lo compra el caudillo de
Avellaneda, Alberto Barceló, por recomendación médica sobre la salud pulmonar
de su única hija María Elena, nombre con el cual bautiza su nueva adquisición.
Decide reformarla para darle el toque
distintivo de un palacete para dotarlo de tecnología de la época como ser el
primer portero eléctrico de la región y un ascensor de marca OTIS. La quinta
abarcaba al menos tres manzanas. La mansión, tenía su entrada por Av. E.
Santamarina y Francisco B. Recondo, donde se hallaba un gran portal con el
nombre de “María Elena”.

En el lugar hay una estructura que es el
quincho, al que llamarían “Casino”, hoy salón de actos (salón “de los
espejos”). Eran famosas las fiesta que organizaban los señores de la casa donde
personajes como el mismo Gardel se cuentan como habitué. En cuanto al túnel hay
quien dice que sería para que Barceló escapara de la policía, mientras otros le
otorgan funcione domésticas.
Al morir sus padres la hija, María Elena
Barceló de Martin (ya se había casado) vende la casa al famoso tendero turco,
Salomón Salmún, quien le adosa otra estructura más corpulenta y le agrega el
aire acondicionado frio calor, colocando los ductos en el túnel existente
próximo a la caldera. Hubo un tiempo en que la casona quedo abandonada, en
1975, lo compra el Banco BIR y entre 1976 y 1977 se dice sirvió de refugio para
que grupos armados. Después pasaron varios bancos como propietarios como el
Banco Platense, Banco Municipal de La Plata, Banco del Iguazú y el Banco
Provincia.
La versión moderna de esa soberbia casona -que adoptó su actual
fisonomía en 2011, después de los tres años que insumió la obra de restauración
y puesta en valor por parte del Municipio para convertirla en el Polo Judicial
de E Echeverría.
En medio de una centenaria arboleda que atenúa la sinfonía
sonora disparada por el tránsito desde la avenida Enrique Santamarina y las
calles Recondo, Doctor Rotta y Brown, la sede del Polo Judicial de Esteban
Echeverría exhibe sus paredes prolijamente pintadas de amarillo y blanco, el
techo recubierto de tejas y claraboyas, las galerías exteriores y el parque.
