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lunes, 12 de febrero de 2024

Primera Santa Argentina

Mamá Antula primera santa argentina
 

La historia             
de Mamá Antula,

la primera santa

argentina

Hasta el momento, la Argentina cuentaba con cuatro santos en su historia: san Héctor Valdivielso (canonizado en 1999), san José Gabriel del Rosario Brochero (en 2016), santa Nazaria Ignacia de Santa Teresa de Jesús March (en 2018) y san Artémides Joaquín Desiderio María Zatti (canonizado en 2022)

8 de los 15  Beatos han sido proclamados durante el pontificado de Francisco: se trata de Enrique Angelelli Carlos de Dios Murias OFMConv Gabriel Longueville Wenceslao Pedernera María Antonia de Paz y Figueroa (Mama Antula) Catalina María de Rodríguez Gregorio Martos Muñoz Fray Mamerto Esquiú OFM que esperan su turno de canonización. Y otros tantos beatos ya habían sido nombrados con anterioridad: Beata Laura Vicuña, laica (1891-1904). Beato Artémides Zatti, coadjutor salesiano (1880-1951). Beata María del Tránsito de Jesús Sacramentado (Madre Cabanillas) (1821-1885), fundadora de las Hermanas Terciarias Misioneras Franciscanas. Beata María Ludovica De Angelis (1880-1962). Religiosa de las Hijas de Nuestra Señora de la Misericordia. Beato Ceferino Namuncurá (1886-1905), laico adolescente aspirante al sacerdocio en la Sociedad Salesiana de Don Bosco. Beata María Crescencia Pérez (1897-1932), religiosa de la congregación de las Hijas de María Santísima del Huerto.



A partir del 11 de febrero de 2024 María Antonia de Paz y Figueroa  se convertió en la primera santa del país, luego de que el Papa Francisco autorizara la promulgación del decreto de un milagro atribuido por su intercesión. La vida de una mujer adelantada a su tiempo, protagonista del siglo XVIII, que nació en Santiago del Estero en 1730 y murió en Buenos Aires 69 años después.

María Antonia de Paz y Figueroa había nacido  en Villa Silípica, en el seno de una familia acomodada. Convivió en un país colonial con una concepción de vida patriarcal, de rangos jerárquicos, que esperaba de ella y del resto de las mujeres que oculten y silencien cualquier vestigio de independencia y rebeldía como incluso saber escribir y leer.  Se rebeló al mandato cultural del siglo XVIII y al credo familiar que respetaba los estereotipos femeninos de la época: a los quince años desafió a su padre al avisarle que no se casaría ni sería monja.
En los albores de la patria decidió vestirse de varón y ser laica jesuita. La rebeldía le causó secuelas: la expulsaron de su casa. Se instaló en el beaterio de los jesuitas. Rechazó su apellido, renunció a la riqueza de su familia, adoptó el nombre de María Antonia de San José. “Siendo aún joven, pronto entró en contacto con la espiritualidad ignaciana. En 1745 vistió el hábito de ‘beata’ jesuita mediante la emisión de votos privados y comenzó a llevar vida comunitaria junto a otras consagradas. Bajo la dirección del padre jesuita Gaspar Juárez, se dedicó a la educación de los niños, al cuidado de los enfermos y al socorro de los pobres”.
Hacia 1767, volvería a sublevarse ante los preceptos establecidos. Reforzaba su rol de mujer empoderada, disruptiva. Se había comprometido a una misión, había abrazado la campaña de la Compañía de Jesús, expulsada de América y España: a partir de entonces, el trabajo social y espiritual de los jesuitas estaba completamente vedado.  Quería seguir llevando la palabra de dios a través de los ejercicios espirituales del apostolado.
Mamá Antula primera santa argentina


“Ya con 37 años, perseveró en su intención de seguir organizando cursos de Ejercicios Espirituales. Entre 1768 y 1770, los participantes vivieron el tiempo de retiro durante varios días, recibiendo orientación y reflexionando sobre sus vidas. Para este proyecto contó con el pleno consentimiento de su confesor y del Obispo de la ciudad de Santiago del Estero, donde abrió una casa”.
Mamá Antula primera santa argentina
Una meta era llevar a dios a donde no lo conocían. Desde Silípica hasta
Loreto, Salavina, Soconcho, Atamisqui, las provincias de Catamarca, La Rioja, Jujuy, Salta y Tucumán. Caminó más de cuatro mil kilómetros descalza por todo el virreinato para continuar con el legado a pesar de la prohibición. Su misión era visitar las regiones pobres del nordeste argentino para promover los ejercicios espirituales y en apenas ocho años, consiguió ofrecer los ejercicios espirituales a setenta mil personas.
Su método consistía en llegar a un pueblo, presentar los permisos ante las autoridades y dictar un curso de diez días de duración ante cualquier interesado, sin importar escalafón social. Llegó a Buenos Aires en septiembre de 1779, después de un arduo viaje. El Virrey y el Obispo le negaron el permiso para dictar los cursos de ejercicios, hasta que los retiros empezaron a proliferar y alcanzaban una espiritualidad profunda entre los fieles. Los grupos crecían hasta los 200 integrantes. El Obispo advirtió este fenómeno, cambió de opinión y autorizó a Mama Antula al ejercicio de sus cursos. Tanto que inició la construcción de la Santa Casa de Ejercicios Espirituales en la Avenida Independencia 1190 en Buenos Aires
Mamá Antula primera santa argentina
“Peregrinó de puerta en puerta con el fin de recaudar fondos para la construcción de la Casa de Ejercicios. Sus esfuerzos también fueron conocidos en Francia y su epistolario fue traducido posteriormente a varios idiomas”
 En su Casa de Ejercicios Espirituales participaron varios próceres de la independencia, como Manuel Belgrano, Miguel de Azcuénaga y hasta el Virrey Santiago de Liniers.

Murió en 1799 e inicialmente fue enterrada en la Basílica de Nuestra Señora de la Merced de la calle Bartolomé Mitre de Buenos Aires, luego trasladada a la Basílica de Santo Domingo y finalmente conservada en la Iglesia de Nuestra Señora de la Merced de Buenos Aires. A su muerte se calcula que entre setenta y ochenta mil personas se habían beneficiado de la experiencia de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola.
El grupo de mujeres que la acompañaba se convirtió en 1878 en la congregación religiosa de las Hijas del Divino Salvador, que hoy desarrolla sus tareas apostólicas en varias provincias.

Mamá Antula primera santa argentina

Los ejercicios espirituales nacen de la experiencia personal de San Ignacio de Loyola, peregrino en búsqueda de la voluntad de Dios.

Puso por escrito algunas de las cosas que le habían ayudado personalmente, para poder así ayudar a otros. Por eso los ejercicios son también un libro escrito en un estilo conciso, dirigido sobre todo a quien los da. Tienen mucho de método y de pedagogía.

Desde hace cinco siglos han sido un modo de ayudar al encuentro con Dios en la propia
vida, en el camino único e irrepetible de cada persona. Por eso los ejercicios acaban siendo una experiencia que marca un antes y un después en quien los hace.

Los ejercicios espirituales se hacen para tomarse el Evangelio de Jesucristo en serio.

Para romper las ataduras interiores que nos impiden ser verdaderamente libres para amar.

Para descubrir el verdadero rostro de Dios, el que nos enseña Jesús.

Para percibir el modo concreto en que Dios nos invita a amar y servir. 

Para no contentarnos con una vida mediocre, a medio gas, y llenarla de todo el sentido. 

Para ir más allá de las ideologías, de las buenas intenciones, de las emociones pasajeras y 

saborear una verdad gozosa que permanece…

Los Ejercicios Espirituales no son para gente buena, que además se lo sabe, y no siente el

 aguijón de un “más”. No son para espíritus conformistas, ni para aquellos que lo quieren

 todo sin renunciar a nada.

Son para gente capaz de poner en juego lo que tiene para perseguir lo que ama, con un 

talante emprendedor y arriesgado en correspondencia con una apuesta existencial de gran

 calado.

Gente sedienta de conversión profunda porque sabe que necesita algo más y algo distinto, 

o está atravesada por la búsqueda y el anhelo de lo que Jesucristo promete.

Los Ejercicios requieren de la persona cierta estabilidad emocional, compromiso para 

mantener los tiempos de oración personal y capacidad para  interiorización.











Dos milagros convirtieron a "Mama Antula" en la primera santa argentina

La curación de la hermana religiosa Vanina Rosa en 1905 fue el primer milagro atribuido a Mama Antula, en tanto que la recuperación de un hombre de un accidente cerebrovascular a comienzos del siglo XIX constituye su segundo milagro por el cual será canonizada. Para que una persona sea beatificada y -posteriormente- canonizada por la Iglesia Católica, "se lleva un proceso canónico establecido por normas y leyes de la iglesia con Juan Pablo II".

María Antonia había sido beatificada en 2016 en Santiago del Estero luego de que el Papa autorizara la publicación de un milagro por la sanación de una religiosa de las Hijas del Divino Salvador, quien habría recuperado la salud en el año 1905 por intercesión de la fundadora y madre espiritual de esta congregación

"Se hizo una validación, tuvimos que dar certezas bajo juramento que se llevan a Roma (Italia) y había que presentar el milagro certificado", señaló Ojeda de Río.

Esta beatificación permitió que Mama Antula fuera reconocida en los templos de Argentina, donde "se podía poner una imagen de ella"

En tanto, destacó que para la segunda instancia, se necesitaba probar "otro milagro más, que de ser reconocido por la Iglesia, le da la posibilidad de ser canonizada", y reconocida en todo el mundo.

Ese segundo milagro -señaló Ojeda de Río-, "ocurrió hace 200 años en

Mamá Antula primera santa argentina

la provincia de Santa Fe, con la curación del señor que tuvo un accidente cerebrovascular (ACV) que lo dejó en un estado muy difícil y serio por lesiones que, según los médicos, no se iban a poder curar".

Entonces, "le rezaron a María Antonia y se produjo el milagro de su curación. La historia clínica fue enviada a Roma para ser evaluada por nueve médicos distintos de otras partes del mundo".

"Esos médicos consultados no encontraron explicación lógica a la recuperación, el Vaticano lo volvió a analizar y estableció lo que hizo (Jorge Mario) Bergoglio, que afirmó que esa curación de debió a la participación milagrosa de María Antonia".

Nuestras Casas de Ejercicios ofrecen la posibilidad de hacer ejercicios espirituales en retiro, en un ambiente de silencio y tranquilidad que favorece la reflexión y la oración

En nuestra Casa de Buenos Aires algunas mujeres solteras o viudas que querían resguardar su vida virtuosa tomaban los votos para convertirse en Beatas, pero también el beaterio fue utilizado para encerrar niñas rebeldes como Mariquita Sanchez cuando se nego a casarse con  el candidato de sus padres y también se dice que Camila O´Gorman ocuparía una celda por intersección de su amiga Manuelita Rosas.

jueves, 1 de febrero de 2024

Amalita Lacroze de Fortabat la mujer más rica de Argentina

 

Génesis y


 desarrollo de

   

La dama de cemento


Niña nacida en cuna de oro María Amalia Sara Lacroze Reyes Oribe  nació el 15 de agosto de 1921. La familia de su madre descendía del segundo presidente de Uruguay, Manuel Oribe. Su abuelo, Federico Lacroze, construyó los primeros tranvias en la capital argentina en la década de 1880.


De acuerdo a Amalia, al cumplir un año la familia se trasladó a París, donde habría aprendido su primer idioma, el francés. A pesar de sus afirmaciones, las guías locales y demás documentos de la época no lograron verificar el viaje, de modo que es probable que la familia nunca abandonara su vivienda de Capital Federal, excepto durante las vacaciones.​ Su segundo idioma fue el inglés y por último, el español. Amalia realizó sus estudios primarios en la Escuela Superior de Niñas Onésimo Leguizamón, y en su adolescencia concurrió durante cuatro años al Colegio Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús,​ una institución franco-española de monjas.​ Su deseo de estudiar medicina al igual que su padre fue rápidamente aplacado por su familia: «¡Se horrorizaron de sólo pensar que iba a ver cuerpos desnudos de hombres muertos!», manifestó. De todos modos llegó a ejercer esporádicamente como enfermera en un hospital para mujeres.

Durante su juventud, especialmente a partir de su presentación en sociedad en 1939, asistió con frecuencia a cenas de beneficencia, desfiles de caridad y celebraciones en salones de lujo destacándose.

Pero ya en 1941, convertida en un ícono de la moda de la alta sociedad, se comprometió con el abogado Hernán de Lafuente Sáenz Valiente y ambos jóvenes asistieron a una función organizada por una
comisión fundada por Adela Leloir Unzué de Rodríguez Larreta para colaborar con pobres del norte argentino.
 Paralelamente, concurrió con su madre y su hermana a una gala a beneficio del Patronato de Leprosos en el Teatro Politeama y al discurso ofrecido por Walt Disney en su visita a la Argentina

En septiembre de 1942, contrajo matrimonio con de Lafuente y partieron de luna de miel a Estados Unidos,​ y en 1944 nacería su única hija, María Inés,​ que les dio a su vez tres nietos. María Inés Lafuente,  tuvo dos hijos de su primer matrimonio con Julián Bengolea Madero: Alejandro y Bárbara Bengolea y  luego contrajo matrimonio con Julio Aurelio Amoedo y tuvo una hija, Amalia Amoedo.


La historia de amor de Amalita y 
Alfredo Fortabat se inició en agosto de 1941 en una función de caridad. Ella enamorada y comprometida, Alfredo 28 años mayor y casado. Lacroze y de Lafuente fueron invitados por Alfredo Fortabat a navegar por Tigre en su yate personal. Y el empresario encontraria otros motivos para reunirse.​ Al momento de su boda en 1942, Fortabat que fue invitado a ella pero  admitió: «No pude soportar ir a su casamiento» y en cambio, le envió una pulsera de oro de una de las joyerías más costosas de Buenos Aires.​ Mientras el matrimonio de Lafuente-Lacroze se hallaba de vacaciones en Europa en 1947, Fortabat, todavia casado con Elisa Corti Maderna, los siguió sin que lo supieran. Durante una fiesta en París simuló encontrarlos casualmente y sacó a bailar a Lacroze y le confesó su amor.



Alfredo Fortabat
Pourtalé descendía de parte de la comunidad francesa que se instaló en Azul cuando todavia no habia llegado el tren  y los recuerdos de los indios eran recientes y luego en Olavarría iniciando su prosperidad con la explotación ganadera hasta que descubren que estaban parados sobre una importantisima reserva de cemento así se formó Loma Negra. Desde sus inicios se vinculó con el estado y la obra pública no importaba de que color político fuera y sea de origen democrático como dictatorial, la alianza económica se mantuvo hasta el final.

En la década de 1920, Europa necesitaba de las exportaciones argentinas debido a la gran Guerra y Alfredo Fortabat, un ganadero del partido de Olavarría, decidió apostar a la industria cementera.Su empresa Loma Negra, fundada en 1926, se convirtió en la líder de la producción de concreto en Argentina durante las décadas de 1950 y 1960. La primera obra en Olavarría de Amalita fue un jardín maternal para los hijos de los empleados de la empresa de su marido y una escuela para las madres semianalfabetas. Se encargó de equiparlo y mantenerse al tanto de la evolución de los sesenta niños que albergaba. En Loma Negra surgió para sus empleados un barrio de viviendas, escuela, iglesia, campo de deportes, proveduría de consumo, consultorio médico de primeros auxilios.

En 1948, la esposa de Fortabat, La Negra, enterada de la aventura amorosa de su marido, contrató un abogado para embargarle los bienes en común, pero don Alfredo se adelantó, se enteró de que no había ninguna posesión a su nombre debido a un traspaso de acciones fraudulento efectuado por su esposo.​ Como consecuencia de la estafa, la fortuna construida junto a Corti Maderna  quedaría para Amalita.



Para fines de ese año Amaqlia y Alfredo luego de un viaje alrededor de Francia, Italia y la región del Egeo, Lacroze generó un escándalo en la clase alta porteña al separarse de Lafuente y  paralelamente Fortabat ejecutó lo mismo con Corti Maderna.

La pareja se caso en Uruguay, en Las Vegas, en San Francisco, en Los Ángeles, en París y en México pero tendran que esperar a la Segunda Presidencia de Perón cuando aparezca por un breve tiempo la posibilidad del divorcio siendo una de las pocas parejas en legitimar su unión de esta manera.

La facilidad de Lacroze para hablar varios idiomas y su sociabilidad le permitieron ser una compañera frecuente en los viajes de negocios de Fortabat al extranjero​ 

Para principios de los años 1960, opinaba sobre el futuro de la fábrica, participaba en operaciones y realizaba sugerencias sobre el desarrollo industrial y la acción social.​ Supervisó personalmente la construcción de la Parroquia Santa Elena en la Villa Alfredo Fortabat de la localidad de Loma Negra, con ayuda de los arquitectos Jorge de la María Prins y José Olivera.​ Por pedido de Lacroze, en marzo de 1963 Fortabat donó una propiedad a Olavarría para establecer la Escuela Nacional de Educación Técnica n.º 1 «Luciano Fortabat», a cuya ceremonia de inauguración concurrieron funcionarios municipales, provinciales y varios del gabinete nacional. Poco después, convenció a su esposo de donar su casa natal en Azul para convertirla en una escuela de arte.


Por otro lado, también, es injusto que quede fijado ese dicho porque su actividad filantrópica y social fue muy activa durante toda su vida. En Olavarría, tanto con los empleados de la fábrica, como con el resto de los habitantes de la ciudad, los Fortabat fueron generosos y muy atentos a cubrir las necesidades puntuales. Más allá de grandes donaciones o de la construcción de edificios de uso público, los Fortabat durante décadas colaboraron con los gastos médicos de las familias ante situaciones de emergencia o extremas, consiguiendo los mejores médicos del país, prótesis del extranjero o afrontando costosas tratamientos. También repartieron numerosas becas para que los empleados y sus hijos pudieran formarse en distintas universidades e institutos. De hecho la Fundación Fortabat se centraba en el aspecto educativo- formativo y el de salud.

El 19 de enero de 1976 Alfredo Fortabat falleció a los ochenta y un años a causa de un accidente cerebrovascular, Amalita heredó sus bienes en una suma millonaria que incluía:

  • 23 terrenos equivalentes a 160 000 hectáreas con 170 000 cabezas de ganado.
  • Una finca de 160 hectáreas en Middleburg, Virginia (Estados Unidos).
  • Cinco empresas cementeras.
  • Un dúplex sobre Avenida del Libertador, una casa en San Isidro, una casona en Mar del Plata, el edificio donde se hallaba la sede de Loma Negra en Diagonal Norte 634 y un dúplex en el hotel The Pierre en Nueva York.
  • Un avión Lear Jet, un avión Beechcraft 90, un helicóptero Hughes 500, un barco y varios automóviles.
  • Obras de arte, una emisora radial y una planta de inseminación artificial de ganado.
Bolsa de cemento de Loma Negra.

En tan solo tres días Lacroze pasó a ocupar el cargo de presidenta de Loma Negra.​ Mantuvo el luto durante cinco meses  y luego se entregó a una febril actividad desde temprano a la mañana hasta las 20 hs aproximadamente.

En los primeros años al frente de Loma Negra obtuvo la concesión para suministrar el cemento de las grandes obras que encaró la dictadura de Jorge Rafael Videla. La construcción de las autopistas de la ciudad de Buenos Aires y la remodelación de los estadios para el Mundial de fútbol de 1978. En 1980, el entonces ministro de Economía Alfredo Martínez de Hoz decretó un aumento del 20% en el precio del cemento favoreciendo a la empresa de Fortabat. Finalmente en 1982, cuando la dictadura decide a instancias de Domingo Cavallo estatizar la deuda privada, Loma Negra se ve nuevamente favorecida. Para cuando se recuperó la democracia en nuestro país, Amalita había triplicado la fortuna de su patrimonio en relación a 1975.

Aparte de recibir cinco establecimientos con Loma Negra —Olavarría, Barker, El Alto, San Juan y Zapala— en distintas provincias, abrió una molienda en la Isla Yacyretá, compró la fábrica Corcemar en el pueblo de Pipinas e inició los planes para la construcción del embalse Piedra del Águila sobre el río Limay. También se ocupó del proyecto del Puente Internacional San Roque González de Santa Cruz​ y en octubre de 1976 proporcionó la financiación necesaria para que el Estado construyera el puente Conmemoración del Sesquicentenario de la Revolución de Mayo, que cruza la avenida Figueroa Alcorta y une el Museo Nacional de las Bellas Artes con la Facultad de Derecho en Buenos Aires.

​La fundación Fortabat sostuvo  económicamente a comedores localizados en La
Matanza, Berazategui, Sarandí y Gregorio de Laferrere, además de ofrecer un plan de ayuda consistente en becas, subsidios, atención médica y viviendas para excombatientes de la Guerra de las Malvinas. Por medio de la fundación se llevó a cabo la construcción del Pabellón de Pediatría del Hospital Municipal Coronel Olavarría y la renovación del equipo para tratamiento de radioterapia del Hospital de Oncología Luciano Fortabat

Bajo el gobierno de Raúl Alfonsín durante la década del ’80 Loma Negra fue la proveedora exclusiva para la construcción de las represas de El Chocón, Dique Arroyito, Casa de Piedra, Yacyretá y Salto Grande. Hacía fines de la década y al acercarse las elecciones de 1989 Amalita decide apoyar económicamente la campaña de Carlos Menem. Esto le traería réditos en los años posteriores.No tuvo una participación destacada en las privatizaciones llevadas a cabo durante esa década. Solo obtuvo la concesión del ferrocarril de carga Ferrosur de la línea Roca y de EDEA, distribuidora de electricidad de la provincia de Buenos Aires.

Por esos años, dónde tuvo alguna disputa (más mediática que real) con Hernestina Herrera de Noble, decidió incursionar en el negocio de los medios de comunicación. Invirtió dinero en el diario La Prensa, el diario Tribuna, de la ciudad de Olavarría,, Radio El Mundo y FM Horizonte. Sin embargo al poco tiempo abandonó todos estos proyectos.

En 2000 delegó la mayoría de sus funciones en Alejandro Bengolea, su nieto y su hermana. Sin embargo, incapaz de sanear las cuentas,  abandonaron Loma Negra el cargo en 2002.

Otra muestra de su contacto con el poder: una de las últimas audiencias oficiales que brindó De la Rua como presidente, el 19 de diciembre de 2001, fue a Amalita que estaba preocupada por las deudas que su empresa acumulaba por la crisis económica: hasta el final trataba de mover la lapicera del presidente de turno para que firmara decretos y resoluciones en su favor.


En poco tiempo, Amalia triplicó el patrimonio de esta compañía y, según la revista Forbes, se convirtió en la mujer más rica de Argentina, con un patrimonio calculado en 1.800 millones de dólares, y la tercera fortuna más grande del país.

No volvió a casarse. Pero se le adjudicaron romances con Juan José Camero, Alberto de Mendoza, Palito Ortega, y durante años, con el coronel retirado Luis Prémoli.

En 2005, la vendió al grupo brasileño ‘Camargo Correa’ por cerca de mil millones de dólares. Luego de dejar la cementera, dedicó su vida a la filantropía y el arte. Finalmente en 2012 a los 90 años falleció en su casa de Buenos Aires.

La Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat llegó a buen Puerto. Finalmente, luego de más de ocho años de trabajos, interrumpidos por diferentes circunstancias, el emblemático edificio diseñado por el uruguayo Rafael Viñoly, abrió sus puertas sobre el Dique Cuatro de Puerto Madero, para albergar en sus entrañas la colección de una empresaria que ayudó a construir la historia de la Argentina y que apoyó a las artes plásticas y, fundamentalmente a los artistas, como activa coleccionista y como directora del Fondo Nacional de las Artes a lo largo de diez años.