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miércoles, 10 de enero de 2024

La historia de amor de Regina Pacini y Marcelo de Alvear

 

Regina Pacini y Marcelo de Alvear
El amor entre la 

soprano 

y el dandy porteño


En la fotografia Regina y Marcelo en sus caminatas por la rambla de Mar del Plata





Regina Pacini

En Lisboa, el día de Reyes de 1871 nació una niña que fue bautizada con el nombre evocativo para la fecha: Regina. Su padre Pietro (barítono) y sus bisabuelos Isabella (soprano) y Luigi (bajo) habían sido cantantes líricos. La niña había heredado el talento de los Pacini y cuando murió Pietro en 1882, previa consulta con su confesor, que aseguro que habia recibido una educación cristiana por lo que su madre no tenía que procuparse por la joven,  la familia resolvió que Regina cantaría de manera profesional.

Su primera actuación en el teatro San Carlos de Lisboa —administrado por su hermano José—, se llevó a cabo un día antes de que cumpliera los 17 años. Cuando se acercaba la gran gala en el Teatro Real de San Carlos de Lisboa, a la que asistiría la familia real, la cantante que debía interpretar la ópera La Sonámbula, de Vicenzo Bellini, se enfermó. Su maestro de canto la propuso como reemplazante. Esa noche, el día que cumplía 16 años, se lució como soprano ligera y se llevó todos los aplausos. Contaba con la asistencia de su madre andaluza, que la acompañaba a todas partes.

Regina Pacini
Empezó de la mejor manera porque la crítica y el público coincidieron que tenía condiciones
para triunfar en los escenarios de la lírica. Así fue. En pocos años, toda Europa veneraba la voz y el exquisito si bemol agudo de esta joven. Recorrió los mejores teatros líricos de Europa y en 
 1899, una gira la trajo por Montevideo y Buenos Aires. Entre los espectadores que concurrieron al Teatro Solís de la capital de Uruguay y luego en el Politeama de Bs. As, se encontraba un argentino que sintió el llamado de Cupido. El flechado era Marcelo Torcuato de Alvear, dos años mayor que Regina, hombre rico que practicaba golf, automovilismo, tiro, boxeo y conquistas amorosas. Esa chica pequeña, delgada y rubia flechó al soltero más codiciado de Buenos Aires, que la miraba embelesado desde su palco. Cuando terminó la temporada en Buenos Aires, ella partió a San Petersburgo, a cumplir con otros compromisos artísticos. La sorpresa fue que él la siguió. Luego de Rusia, el periplo continuó por varios países europeos. Alvear asistía a los teatros y se veían en fiestas y recepciones en embajadas, donde comenzaron a conocerse.

Regina Pacini
Sus encantos eran el resultado de ser una mujer admirada y aplaudida en todo el mundo, que
se manejaba en los ámbitos sociales con mucha altura y que no llevaba una vida desordenada como podía ocurrir en los casos de algunas divas de aquel tiempo. Ya le había destrozado el corazón a un oficial de la dinastía rusa que le había propuesto matrimonio en Varsovia. Un millonario sueco, un noble polaco y otro italiano habían fracasado en sus intentos de cortejarla.

Alvear era muy rico ya que habia heredado tierras de los Alvear por parte del padre y de los Pacheco por su madre, tenia hectarias en La Pampa, en Trauque Lauquen y en Chacabuco. 

Luego de seguirla enviandole rosas rojas y blancas y joyas por todo Europa, finalmente, en el teatro real de San Carlos de Lisboa, ocurrió que Regina salió a escena y descubrió el teatro vacío. Un aplauso solitario la conmovió, el de Marcelo de Alvear.

En 1901 Regina regresó a Buenos Aires en otra gira y en 1903 él le propuso matrimonio. La condición de Alvear era que si se casaban, ella debía dejar la carrera artística. Ella aceptó con la condición de cantar cuatro años más para cumplir con sus compromisos. Estuvieron de acuerdo, menos la futura suegra, que se oponía a que su hija dejase la carrera pero Alvear le ofrece a Felisa Pacini que se quedara con todo lo ganado en la carrera de su hija a la que habia acompañado como sombra.

Los parientes Alvear, escandalizados al ver que Marcelo manchaba el apellido al casarse con una actriz, lo apartaron. Las familias más tradicionales escribieron un insólito telegrama refrendado por quinientas firmas y lo enviaron a Europa. Le pedían a su amigo que recapacitara. María Unzué de Alvear, quien había enviudado de un hermano de Marcelo, jamás permitió el ingreso de Regina a su casa, cosa que emularon el resto de la familia.

Regina Pacini y Marcelo de Alvear

Se casaron en 1907, en secreto,en Nuestra Señora de la Encarnación de Lisboa.  Él tenía 39 y ella, 36 años.  Su sobrino Adams Benítez, hijo de Carmen Alvear, fue el único representante de la familia del novio.Los Avellaneda  actuaron de padrinos. La ceremonia se anunció para el 29 de abril  a las 9 de la mañana. Pero la gente que acudió se sorprendió al saber que se habían casado a las 7hs, cuando en la iglesia no había nadie, solo con Regina y Marcelo convertidos en una criada y un policía.

El regalo del novio fue sorprendente: el “Manoir de Coeur Volant”, una villa cercana a París, de estilo normando, con varias hectáreas de parque. En la recepción había un órgano en el que a veces cantaba Regina. Además ella tenía un espacio con un piano, donde cantaba para Marcelo y para algunos invitados. Recorrieron anticuarios y comercios de arte para amueblar su mansión.

Marcelo le sugirió a Regina que cambiara su guardaropas e hizo que se vistiera con los mejores modistos de París. 

En marzo de 1911 se casó una de la sobrinas de Alvaer, Elvira la hijo de su hermano Carlos, en esa ocasión la pareja paró en el Plaza Hotel, la ceremonia se llevo a cabo en una Capilla de los Pacheco en El Talar, la fiesta fue correcta. Regina solo recibió obligados saludos. En esa ocasión pasaron por la Casa Escasany, por Barlow´s y Gath y Chaves, pasearon por  Palermo y terminaron en el Colon donde recibieron saludos obligados pero todos tenian compromisos como para no aceptar las propuestas de Marcelo.

En las elecciones para renovación de bancas legislativas celebradas tras la reforma electoral de
la 
ley Sáenz Peña en 1912, Alvear fue elegido diputado, cargo que desempeñó por dos años. Marcelo regresó a apadrinar duelos, practicar deportes y a tener aventuras extramatrimoniales. Cuando Yrigoyen asumió la presidencia en 1916 nombró a Alvear embajador en Francia y la pareja regresó a su mansión de las afueras de París., cuando estalla la Primera Guerra Mundial donaron un hospital de seis pisos dirigido por los médicos Pedro Chutro y Enrique Finochietto. Regina misma concurria para ayudar a cuidar a los soldados lo que le valió la Legión de Honor. En 1920 se inauguró un  pabellon en la maternidad de Roye donado por damas argentinas. Tambien  un pabellón en la ciudad universitaria de Paris con la ayuda de su pariente Otto Bemberg dueño de la Cervecería Quilmes.

el 2de abril de 1822 le llegó la noticia que habia sido elegido presidente, viajó a Roma para encontrarse con el Papa y con el rey Victor Manuel III mientras que Regina viaja a Lisboa a encontrarse con su familia.Luego Marcelo viajara a Londre encontrandose con el Principe de Gales y de alli a Madrid encontrandose con Alfonso XIII, finalmente la pareja se reencontro en Paris y se despidio de ella realizando paseos para grabarlos en su corazon.

Cuando llegaron a Bs As una multitud los esperaba en el puerto y fueron directamente al palacio que les prestaron  JUan  A Fernandez y su mujer R de Anchorena donde vivirán durente los seis años de presidencia.

El día de su asunción primero se dirigió al Congreso y desde alli  a Casa de Gobierno, vestía una levita con la galera bajo su brazo donde es recibido por un Yrigoyen con saco arrugado y galera redonda. El 14 de octubre, dos días después el presidente entro al Colón junto a su esposa. Pidió expresamente que viniera el tenor español Miguel Fleta.

Regina se convirtió en la Primera Dama de mandato completo desde el Gob de Roca y  Clara Funes entre 1880-1886 porque los otros presidente intermedios habian sido viudos o solteros.

Conciertos, recepciones en embajadas e inauguraciones la tenían como protagonista.

Como la vez que la Compañía Hamburg Sud le comunicó que el transatlántico Cap Polonio iba a permanecer varios días en el puerto y estaba a su disposición. Regina agradeció el ofrecimiento de la naviera alemana. El gran barco le era de suma utilidad: organizó comidas y bailes a beneficio del Patronato de la Infancia. Se ganó la admiración general y el vacío en el cual la habían colocado, comenzó a llenarse con manifestaciones de respeto.

Villa Regina en Río Negro es una colonia agricola con inmigrantes italianos creada en 1924, cuyo nombre rinde homenaje a Regina Paccini, esposa del Presidente de la Nación; don Marcelo T. de Alvear. Luego  la pareja viajara para conocerla.


Villa Regina mdq

El matrimonio presidencial pasaba los veranos en Mar del Plata donde disfrutban de caminatas por la rambla y Marcelo además se tomaba tiempo para pescar. Villa Regina, fue una hermosa residencia construida en el barrio de Playa Grande construida por el arq. Alula Baldassarini para el Presidente Dr. Marcelo Torcuato de Alvear y su esposa, Regina Pacini, como residencia de veraneo en Mar del Plata de un típico estilo anglonormando pintoresquista en 1925 ubicado frente al Golf Club. A diferencia de lo acostumbrado, cabe destacar que a pesar de sus importantes dimensiones, el matrimonio Alvear prefirió que por dentro la casa fuera llamativamente austera pero elegante. Es mas, también contrariamente a lo habitual, todos los muebles, tapices, alfombras, cuadros y otros objetos que la equipaban eran de factura argentina. Ningún accesorio fue traído de Europa, todo fue comprado y encargado a artesanos y artistas nacionales.


Villa Regina mdq



Cuando Marcelo volvio a Bs AS al trabajo y a las infidelidades alquiló un petit hotel en la calle Rodriguez Peña para escenario de sus juegas.

Durante su presidencia de dieron tres visitas importantes: el prinicpe de Gales, Humberto de Saboya y el maharaja de Kapurthala

Cuando promediaba el mandato de Alvear, Regina comenzó una cruzada. Quería dotar al país de un espacio que atendiera a los artistas en los años de retiro. En 1938 se inauguró la Casa del Teatro en la Capital Federal con ocho huespedes. Abajo tiene una sala teatral que se alquila para obtener fondos para el sostenimiento de la obra y actualmente se encuentra una tienda con ropa que donan los artistas para el mismo fin.

Regina Pacini y Marcelo Alvear

Estando en ejercicio de la Presidencia de la Nación, Marcelo Torcuato de Alvear pidió al Consejo Deliberante del partido de Las Conchas que creara el pueblo de Don Torcuato. Para ello, el propio Alvear donó una fracción de terreno de 40 hectáreas de las tierras que pertenecieron a Don Torcuato de Alvear, su padre. Donde hizo construir Villa Elvira, nombre de su madre terminada en 1942 usando el estilo californeano.
Otro detalle que marcó la fisonomía del lugar fue la traza y magnífica extensión del Campo de Golf de Don Torcuato, alrededor del cual se situaron muchas de las nuevas construcciones, y que se ubicó en un predio de 100 hectáreas cedidas también por los Alvear, en este caso a los ferrocarriles ingleses.

Cuando Alvear estuvo preso en Martín García en 1933, ella hizo innumerables viajes a la isla para llevarle ropa, comida y palabras de aliento.. Junto a Regina tuvieron luego que exiliarse

El matrimonio no tuvo hijos. Alvear murió en 1942.

Regina Pacini
Cuando  murió su marido, ella ordenó sus papeles y pertenencias y fue clave en la fundación del Museo de la Casa Rosada, al donar muchos de los objetos del expresidente. Remató todos sus bienes, se quedó con unas pocas alhajas y muebles, se mudó a Villa Elvira (nombre de la madre de Alvear) en Don Torcuato que la hizo construir en 1942 rodeada de un bello jardin y de sus rosas rojas y blancas que todos los 23 llevaba a la tumba de su esposo.

La querida Primera Dama vivió con sencillez hasta su muerte en 1965 hasta sus 95 años. Hoy descansa en la Recoleta, inmediatamente al lado de su amor eterno. Un arreglo previo entre la familia preveía que su féretro sería depositado junto al de su marido. Sin embargo, por falta de un catre cercano, el ataúd descansó varios años en el piso, como si el desprecio de su familia política continuara aún dentro del mausoleo.

Regina Pacini
Regina Pacini

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viernes, 21 de marzo de 2014

Las mujeres en el Cementerio de La Recoleta.

Las mujeres en  el Cementerio de La Recoleta.

Las mujeres que hicieron nuestra historia y 

están presentes en el cementerio de la

Recoleta.

 


Una tarde de domingo acepté la invitación del historiador Eduardo Lazzari para recorrer el Cementerio de La Recoleta en búsqueda de historias protagonizadas por mujeres. 
Sabemos que se trata del primer cementerio público en territorio argentino, fundado en tiempos de Rivadavia.
Como no podía ser de otra manera, siendo la mitad invisible de la historia, también grandes mujeres relevantes en nuestro pasado, se encuentran en el Cementerio de La Recoleta, máximo exponente por su valor histórico artístico de la Argentina.

Las mujeres en  el Cementerio de La Recoleta.Allí conviven grandes obras de arte, que se  mezclan con telarañas de tumbas semiderruidas. Florecen los vitrales de las ventanas de los mausoleos con memoria, de herederos sin raíces.
Belleza y abandono se conjugan, la ostentación y el patrimonio artístico de la antigua oligarquía terrateniente muestra su poderío aún en sus monumentos funerarios.


Las mujeres en  el Cementerio de La Recoleta.
Las mujeres en  el Cementerio de La Recoleta.Las mujeres en  el Cementerio de La Recoleta.   

Desde La Dolorosa, cerca de la puerta, a la derecha de la entrada que custodia a Facundo Quiroga quien según la leyenda permanece de pie, para que ni aún en la muerte el enemigo lo encuentre distraído o vulnerable, que es la escultura más antiguas de ésta necrópolis. Sobria  y una de las más imitadas del cementerio,  hasta los panteones de nuestros héroes de las guerras de independencia (izq.), como Soler y Necochea, y  la mayoría de nuestros presidentes y otras personalidades destacadas de la ciencia, las artes y política se dan sita en ese mismo lugar. Menos representantes gremiales y tangueros, para ellos esta reservada la Chacarita.


Las mujeres en  el Cementerio de La Recoleta.
Después de observar detenidamente el Cristo con un excelso naturalismo en mármol que realizó Monteverde, el maestro de Lola Mora, para la capilla de entrada que forma parte del portal ideado por Buschiazzo, como no podía ser de otra manera no bien se cruza el portal, dentro del mausoleo de la flia. Alvear, nos recibe Regina Pacini, la primer "Primera Dama" destacada en ese papel en la Argentina. La exitosa cantante lírica de origen portugués que renunció a su encumbrada carrera para casarse con Marcelo T. de Alvear, lo acompañó por el resto de su vida y realizó importantes obras de caridad entre las que se destaca La Casa del Teatro y el Teatro Regina. Y ayudo a concretar el Teatro Cervantes.

Las mujeres en  el Cementerio de La Recoleta.
Las mujeres en  el Cementerio de La Recoleta.
Dejando atrás los relojes de agua, que marcan el tiempo para las almas y tomando la calle principal nos detenemos en el mausoleo de la flia. Lecube, en medio de los cipreses, árboles de simbología de eternidad, para observar las dos maravillosas esculturas alegóricas femeninas esculpidas por Lola Mora, con una exagerada rugosidad de la vestimenta a modo de un gesto de rebelión de la escultora por haber sido rechazadas sus figuras originalmente esbozadas desnudas, no por ello menos valiosas. Las únicas que dejan ver la firma de Lola con el apellido Hernández  de casada, aún un simple transeúnte las distingue por la blancura del mármol de Carrara, los rasgos y proporciones perfectas, la mano y el cincel soberbio de Lola.


Las mujeres en  el Cementerio de La Recoleta.
Casi enfrente de la flia. Lecube y alrededor de la primer plazoleta como no podía ser de otro modo se encuentra la tumba de Mariquita Sánchez, aquella que desde muy joven mostrara ser una pionera luchadora por los derechos de la mujer, solicitando que  un representante del Virrey se presentara en su compromiso para oponerse al matrimonio planeado por interés por parte de sus padres. Tras una lucha legal logra casarse con Martín Thompson. La pareja durante las invasiones inglesas aprovecha  sus conocimientos de inglés y pone su salón al servicio del espionaje en favor de los criollos, más tarde será la sede para las reuniones previas a la Revolución de Mayo, más tarde su tertulia se convierte en el escenario para inaugurar los acordes de nuestro Himno Nacional. Fue partícipe fundadora y  luego secretaria y presidenta de la Sociedad de Beneficencia, aquella que se encargó de escuelas, hospitales, sala de partos públicos, asilos de alineadas, escuela de magisterio y otras instituciones de protección femenina en su larga vida, compuesta en su mayoría por mujeres con relevancia pública.

Muy cerca, como sucediera durante la vida,  se encuentra con  Remedios de Escalada, la joven aristocrática que conociera al futuro Gral. elevado a Padre de la Patria en las tertulias de Mariquita. Están lo suficientemente cerca como para susurarse secretos y penas de amor. Sobre la lápida  de Remedios una frase reza "a la esposa y amiga" de Don José de San Martín, una de las tumbas más antiguas de este cementerio.

Evita descansa, luego de un doloroso, extraño y largo periplo en la bóveda de la Flia. Duarte, junto a su madre y sus hermanas,  se accede a través de  estrechos y laberinticos pasillos. Es una de las pocas tumbas que siempre permanece con flores, seguramente de sus fieles descamisados.

Las mujeres en  el Cementerio de La Recoleta.
En la tumba de Luis Vernet, el primer gobernador nombrado por un gobierno criollo en Malvinas, nos podemos encontrar con los restos de su mujer, María Sáenz que lo acompañó desde 1829 hasta 1833 a afrontar las inclemencias de esos rincones inhóspitos aún embarazada de una niña, que nació en las islas y bautizaron con el nombre de Matilde, pero durante toda su vida fue llamada por la  familia  Malvina.

Por ese mismo sector encontramos los restos de Amalia Lacroze de Fortabat, heredera y dueña de un gran emporio empresarial que legara uno de los Museos más modernos y con una ingeniería de vanguardia  que cuenta la ciudad de Bs. As. en la actualidad, emplazado en Puerto Madero, a metros de la Av. Córdoba.


En aquel lugar que como dijera Discépolo, todos nos vamos a encontrar,  descansan hombres probos pero sepultados cerca de sus amantes, como el caso de Roca y Guillermina de Oliveira Cézar, la esposa de su amigo Wilde.

sepultura de la esclava junto a la familia que sirvió
Conviven figuras de la máxima aristocracia patricia con personajes humildes como sucede con Catalina Docan, fallecida en 1863, que por su vida dedicada al servicio con máxima honradez,  a pesar de ser una antigua negra esclava que sirviera como personal doméstico para una familia distinguida del Buenos Aires de entonces, transgrediendo en parte las convenciones sociales de la época, al constado del panteón familiar descansa eternamente junto a sus patrones para seguir sirviéndoles en el más allá.




Las mujeres en  el Cementerio de La Recoleta.
También allí encontramos los restos de  Elvira Rawson de Dellepiane, la segunda mujer en recibirse de médica en la Argentina, participó auxiliando médicamente a los combatientes de la Rebelión del Parque de 1890, participante del Congreso Internacional Femenino que se realizó en Bs. As. en 1910,  precursora junto a Alfonsina Storni, Cecilia Grierson y Alicia Moreau de Justo en la lucha por el voto femenino, recibió la Libreta Cívica Nº2, luego de la sanción en 1947 de la ley que otorgara los derechos políticos a las mujeres, creadora de un proyecto de ley de divorcio presentado por mesa de entrada que no prosperó hasta después de la última dictadura cuando una legisladora radical Florentina Gómez Miranda en la vuelta definitiva de la democracia lograra su sanción. Esta última también se encuentra en este cementerio, en el panteón conocido como de los radicales.


Las mujeres en  el Cementerio de La Recoleta.
Por supuesto en el mismo cementerio  descansan los restos de Sarmiento, el padre de la escuela, el malhumorado, y mujeriego hombre al que el pueblo argentino le debe la Ley 1420 que en 1884 establecía la educación primaria gratuita, gradual, laica, obligatoria y mixta para lo que impulsó la llegada de jóvenes maestras norteamericanas que tuvieron que sufrir en sus inicios el prejuicio de la clase dominante y los sectores católicos por ser de religión protestante. No obstante, las adversidades, trabajaron de sol a sol, establecieron escuelas primarias y escuelas de formación docente para iniciar la capacitación de las mujeres en este área. No sólo pronto se disminuyó considerablemente el analfabetismo, sino que también se le dio un instrumento de independencia económica a la mujer argentina, siendo una profesión aceptada socialmente para el género, que supone virtudes y habilidades especiales para cuidar de la niñez.
Si bien la mayoría de las señoritas de Sarmiento luego de un arduo trabajo retornaron a norteamérica, o por ser protestantes se encuentran en cementerios de disidentes o fueron sepultadas fuera de los cementerios públicos, Emma Nikolay de Caprile, que era católica y descansa en la Recoleta. Se quedó en nuestro país y eligió dejar sus restos en su nación de adopción en la que había sembrado en favor de la educación popular. Sin duda una de las tumbas más bellas y que transmite la dulzura y delicadeza de estas muchachas.







Sin embargo todas las sonrisas se las lleva el matrimonio de Tiburcia Dominguez López Camelo y Salvador del Carril, quien llegara a vicepresidente de la Nación. A pesar de tener siete hijos en común y muchos años juntos en las adversidades de los destierros y persecuciones políticas, diferencias económicas hicieron que terminaran separados, pero bajo el mismo techo su vida en común, y perpetuaron esa diferencias para la inmortalidad, dándose mutuamente la espalda.

Las mujeres en  el Cementerio de La Recoleta.





Las mujeres en  el Cementerio de La Recoleta.




También en éste cementerio se encuentra los restos de Felicitas Guerrero de Alzaga, en el panateón de esta familia, víctima de un femicidio en manos de Enrique Ocampo.

Panteon de los Ezcurra

En los primeros pasillos encontramos los panteones de las familia Ezcurra y O´Gorman. En el primero descansa Josefa Ezcurra, la madre de un hijo de Belgrano y también estuvo su hermana Encarnación hasta que los restos de Juan Manuel de Rosas fueron repatriados, descansando ambos en el Panteón de la familia Ortiz de Rozas. Con respecto a los restos de Camila O´Gorman hay documentación en el Archivo Histórico General  que sus restos quedaron en Santos Lugares pero también hay respaldo en los libros del cementerio asegurando que descansa en este cementerio, reclamado sus restos por su familia.

mujeres en recoleta
El final del recorrido fue delante de la bóveda de los Ocampo donde descansan las cinco hijas de la familia, tres de las cuales tuvieron una próspera y valiosa vida pública, estamos hablando de Angélica que se dedicó de lleno a las acciones de caridad, fundadora de FUNDALEU, Silvina poetisa y esposa de  Adolfo Bioy Casares, y Victoria, la luchadora por la equidad de género, primera mujer en nuestro país en conducir sin compañia de hombre alguno, mecenas de artistas y literatos, a quienes les diera un lugar en su revista Sur, en contacto con artistas y personalidades internacionales logró que diplomáticos de todo el mundo reclamaran su liberación cuando Perón la encarceló.
Las Ocampo a pesar del boato y riqueza que las rodeo en vida, eligieron una morada con líneas sobrias, austeras, más cercana a un estilo racionalista que a la cultura europeizante que en vida cultivaron.

Benita Martínez Pastoriza

En ese cementerio también encontramos los restos de 
Angela Baudrix viuda de Dorrego, de Benita Martínez Pastoriza y Aurelia Velez Sarfield esposa y amante de Sarmiento y de muchas más que acompañan a maridos, hermanos o hijos que se destacaron en la historia argentina.