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jueves, 3 de febrero de 2022

Gato y Mancha el viaje de Bs As a Nueva York para poner a prueba los caballos criollos

Gato y Mancha con Tschiffely

Gato y Mancha

La hazaña de Buenos Aires a Nueva York.

Historia de los caballos criollos. 




Gato y Mancha​ fueron los dos  caballos criollos argentinos que marcharon desde Buenos AiresArgentina a Nueva YorkEstados Unidos. El trayecto cubrió 22500 kilómetros por cordillera, desierto, selva y países asolados por años de guerras civiles, guiados por el suizo Aimé Félix Tschiffely entre 1925 y 1928. Este viaje tenía en gran parte demostrar la resistencia y fuerza de trabajo de esta raza de caballos de larga historia en nuestro país pero que en un momento con la introducción de otras razas y el cruzamiento se creyó podría perderse.

Gato y Mancha travesía de Bs As a NY



Emilio Solanet, veterinario, zootecnista y catedrático de la UBA   alentó un sueño permanente: rescatar los valores del caballo criollo y luchar para que no desapareciera como raza, tras cuatrocientos años de historia. Convencido de que el equino criollo primitivo se había adaptado a las condiciones más severas del medio en las planicies tanto pampeanas como  patagónicas, tomó la iniciativa de buscar en las manadas de los indios sureños yeguas rústicas y del tipo fijado en su mente, teniendo en cuenta las que habían sobrevivido soportando las más adversas condiciones climáticas. Con los machos siguió el mismo criterio: seleccionó los más fuertes y rústicos y del tamaño por él establecido. Este trabajo lo realizó en manadas de indios tehuelches. Y formó así, sobre esas bases, en su establecimiento El Cardal, en Ayacucho, los anhelados reproductores hasta que en 1922 logró que la Sociedad Rural Argentina aprobara el standard de la raza criolla por él concebido. Y es él, el que aporta los dos caballos criollos protagonistas de esta aventura.

manadas de caballos criollos en libertad

El caballo criollo es la raza característica del Cono Sur se utiliza para las duras tareas del campo, en especial las tareas ganaderas, y se lo disfruta en sus momentos de ocio llegando a ser a través del tiempo el mejor compañero del gaucho.

El caballo criollo es descendiente del caballo ibérico traído por los conquistadores españoles a América. Un compuesto genético de caballos derivado del caballo berberisco del norte de África, del caballo del Valle del Guadalquivir en Andalucía y otros que se agrupaban en el género de caballos de trabajo llamados "jacas" o "rocines". Ya en América, algunos de ellos escaparon de las haciendas y misiones religiosas. En el campo formaron grandes manadas y una vez expuestos a un entorno salvaje, la selección natural y la endogamia, les fijaron características genéticas propias.

caballos criollos salvajes

Solo los más fuertes lograron sobrevivir y reproducirse, aprendiendo a defenderse de los peligros tales como pumas y otros depredadores, soportando además climas extremos. Los pueblos aborígenes, increíblemente adaptables al  invasor, aprendieron primero a alimentarse de su carne, y después lograron una relación simbiótica con el caballo, a tal extremo que en el presente se sigue ampliando el estudio de la "doma india". Así llegamos a mediados del siglo XVIII con la presencia de grandes manadas de equinos cimarrones. 

Hay que decir que sus cualidades son numerosas: tranquilo, robusto, enérgico y ágil, también es muy famoso por su resistencia y longevidad.

Sin embargo, varias amenazas casi provocaron la extinción de esta raza. A comienzos del siglo XX, se introducen nuevas razas de caballos en el país (pura sangre, percherones, caballos británicos …). El Criollo se cruza con estas nuevas variedades para obtener un caballo más grande y más fuerte. Hay que tener  en cuenta que el cruce del Criollo y del Pura Sangre Inglés ha producido el famoso caballo de Polo Argentino. El Silla Argentino (o Anglo Argentino) proviene del cruce entre los Criollos Argentinos y los caballos de sangre, incluidos los Pura Sangre.

caracteristicas del caballo criollo

Tal vez por eso la reciente formación de la Asociación de Criadores de Caballos Criollos sale al cruce describiendo: En 1928,  siguiente manera: « Su tipo es el de un caballo de silla, equilibrado y armonioso, musculoso y de buena constitución con su centro de gravedad bajo, de buen pie y desatado, ágil y rápido en sus movimientos, de carácter activo, enérgico y dócil, el caballo Criollo se caracteriza por su rusticidad, longevidad, fertilidad, resistencia, valor, poder de recuperación y habilidades en ganadería ». Y su tamaño ideal, es de 1.44 metros, pero puede fluctuar entre 1.38 y 1.5.

En cuanto a pelajes se distingue una gran variedad de ellos:

pelaje del caballo criollo





















Gauchos y soldados hicieron historia a lomo de los criollos. Desde los destacamentos de los fortines virreinales pasando por las guerras por la independencia y acompañando a San Martín en el Cruce de Los Andes ellos estuvieron presentes. Los indios pampas se transformaron en los mejores jinetes del mundo e hicieron así “la guerra del malón” que culminó recién a fines de los ochocientos, aquello fue duelo de hombres y de caballos criollos.  Y no olvidar que los caudillos como sus montoneras, fueron  hombres de a caballo. Para resumir la Patria se hizo a caballo.

caballo criollo trabajando

Gato y Mancha partiendo  de la Sociedad Rural Argentina​ en Buenos Aires, el 24 de abril de 1925 guiados por el profesor suizo Aimé F. Tschiffely recorrieron más de 22 mil km desde la ciudad de Buenos Aires hasta Nueva York, conquistando el récord mundial de distancia y también el de altura, al alcanzar 5 900 msnm en el paso El Cóndor, entre Potosí y Challapata (Bolivia). El viaje se desarrolló en 504 etapas con un promedio de 46,2 km por día.

Tschiffely estaba convencido de la fortaleza de los rústicos caballos criollos. Por eso tomó contacto con Emilio Solanet, criador y propulsor del reconocimiento de la raza, y uno de los fundadores de la Asociación de Criadores de Caballos Criollos de Argentina quien lo proveyó de los caballos.

caballos criollos trabajando


Algunas semanas fueron necesarias para que jinete y montados se prepararan para semejante travesía.

Por entonces, no había caminos en varios tramos del recorrido, y cuando existían, no se caracterizaban por su buen estado. Tschiffely tuvo que resignarse a no llevar carpa, ya que las que se podían conseguir por aquellos tiempos eran muy pesadas.

Mapa de la Travesia de Gato y Mancha


Durante el viaje cruzaron varias veces la Cordillera de los Andes y fue en esos cruces donde mayores dificultades encontraron. El escabroso terreno se eleva a más de 5 500 m y la temperatura llega a -18 °C.

El 20 de septiembre de 1928 el Diario La Nación que había seguido la aventura desde su comienzo publica:
"Después de más de tres años y cinco meses, Aimé montado en Mancha, su fiel compañero (Gato tuvo que quedarse en la Ciudad de México al ser lastimado por la coz de una mula), logró la hazaña: al llegar a la Quinta Avenida de Nueva York llevaba en los cascos de su caballo criollo el polvo de veinte naciones atravesadas de punta a punta, en un trayecto más largo y rudo que el de ningún conquistador, y sobre su pecho, en moño blanco y celeste, bien ganados como una condecoración, los colores argentinos".

Monumento a Gato y Mancha














Tschiffely llegó a  Washington DC, donde fue recibido en la Casa Blanca por el presidente Calvin Coolidge. Luego publicó un artículo en la revista National Geographic y apareció en la portada de la entrega de ese mes. De regreso a Nueva York, marchó montado en su caballo Mancha en Broadway desde la Quinta Avenida hasta el Central Park escoltado por la policía de la ciudad que también iba a caballo.

El suizo aventurero falleció en Londres en 1954 y fue trasladado inicialmente al Cementerio de la Recoleta pero luego sus restos fueron mudados a la estancia de Ayacucho que fue cómplice de su hazaña.


Gato y Mancha embalsamados en Lujan

En conmemoración de la fecha en que Mancha y Gato entraron en la ciudad de Nueva York, el Honorable Senado de la Nación Argentina y la Cámara de Diputados, han designado el día 20 septiembre como el «Día Nacional del Caballo».

Al finalizar sus andanzas estos caballos criollos fueron  repatriados en su Estancia de origen., Mancha y Gato murieron muchos años más tarde a las edades respectivas de 36 y 40 años. En la actualidad se encuentran embalsamados, en exposición en el Museo de Transportes del Complejo Museográfico Provincial "Enrique Udaondo" de Luján.







Fuentes:

https://arecotradicion.com

https://www.criollo-horse.com

https://rivadaviaonline.com.ar/

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