Gato y Mancha
La hazaña de Buenos Aires a Nueva York.
Historia de los caballos criollos.
Gato y Mancha fueron los dos caballos criollos argentinos que marcharon desde Buenos Aires, Argentina a Nueva York, Estados Unidos. El trayecto cubrió 22500 kilómetros por cordillera, desierto, selva y países asolados por años de guerras civiles, guiados por el suizo Aimé Félix Tschiffely entre 1925 y 1928. Este viaje tenía en gran parte demostrar la resistencia y fuerza de trabajo de esta raza de caballos de larga historia en nuestro país pero que en un momento con la introducción de otras razas y el cruzamiento se creyó podría perderse.
El caballo criollo es descendiente del caballo ibérico traído por los conquistadores españoles a América. Un compuesto genético de caballos derivado del caballo berberisco del norte de África, del caballo del Valle del Guadalquivir en Andalucía y otros que se agrupaban en el género de caballos de trabajo llamados "jacas" o "rocines". Ya en América, algunos de ellos escaparon de las haciendas y misiones religiosas. En el campo formaron grandes manadas y una vez expuestos a un entorno salvaje, la selección natural y la endogamia, les fijaron características genéticas propias.
Hay que decir que sus cualidades son numerosas: .
Sin embargo, varias amenazas . A comienzos del siglo XX, se introducen nuevas razas de caballos en el país (pura sangre, percherones, caballos británicos …). El Criollo se cruza con estas nuevas variedades para obtener un caballo más grande y más fuerte. Hay que tener en cuenta que el cruce del Criollo y del Pura Sangre Inglés ha producido el famoso caballo de Polo Argentino. El Silla Argentino (o Anglo Argentino) proviene del cruce entre los Criollos Argentinos y los caballos de sangre, incluidos los Pura Sangre.
Tal vez por eso la reciente formación de la Asociación de Criadores de Caballos Criollos sale al cruce describiendo: En 1928, siguiente manera: « Su tipo es el de un caballo de silla, equilibrado y armonioso, musculoso y de buena constitución con su centro de gravedad bajo, de buen pie y desatado, ágil y rápido en sus movimientos, de carácter activo, enérgico y dócil, el caballo Criollo se caracteriza por su rusticidad, longevidad, fertilidad, resistencia, valor, poder de recuperación y habilidades en ganadería ». Y su tamaño ideal, es de 1.44 metros, pero puede fluctuar entre 1.38 y 1.5.
En cuanto a pelajes se distingue una gran variedad de ellos:
Gauchos y soldados hicieron historia a lomo de los criollos. Desde los destacamentos de los fortines virreinales pasando por las guerras por la independencia y acompañando a San Martín en el Cruce de Los Andes ellos estuvieron presentes. Los indios pampas se transformaron en los mejores jinetes del mundo e hicieron así “la guerra del malón” que culminó recién a fines de los ochocientos, aquello fue duelo de hombres y de caballos criollos. Y no olvidar que los caudillos como sus montoneras, fueron hombres de a caballo. Para resumir la Patria se hizo a caballo.
Gato y Mancha partiendo de la Sociedad Rural Argentina en Buenos Aires, el 24 de abril de 1925 guiados por el profesor suizo Aimé F. Tschiffely recorrieron más de 22 mil km desde la ciudad de Buenos Aires hasta Nueva York, conquistando el récord mundial de distancia y también el de altura, al alcanzar 5 900 msnm en el paso El Cóndor, entre Potosí y Challapata (Bolivia). El viaje se desarrolló en 504 etapas con un promedio de 46,2 km por día.
Tschiffely estaba convencido de la fortaleza de los rústicos caballos criollos. Por eso tomó contacto con Emilio Solanet, criador y propulsor del reconocimiento de la raza, y uno de los fundadores de la Asociación de Criadores de Caballos Criollos de Argentina quien lo proveyó de los caballos.
Algunas semanas fueron necesarias para que jinete y montados se prepararan para semejante travesía.
Por entonces, no había caminos en varios tramos del recorrido, y cuando existían, no se caracterizaban por su buen estado. Tschiffely tuvo que resignarse a no llevar carpa, ya que las que se podían conseguir por aquellos tiempos eran muy pesadas.
Durante el viaje cruzaron varias veces la Cordillera de los Andes y fue en esos cruces donde mayores dificultades encontraron. El escabroso terreno se eleva a más de 5 500 m y la temperatura llega a -18 °C.
Tschiffely llegó a Washington DC, donde fue recibido en la Casa Blanca por el presidente Calvin Coolidge. Luego publicó un artículo en la revista National Geographic y apareció en la portada de la entrega de ese mes. De regreso a Nueva York, marchó montado en su caballo Mancha en Broadway desde la Quinta Avenida hasta el Central Park escoltado por la policía de la ciudad que también iba a caballo.
El suizo aventurero falleció en Londres en 1954 y fue trasladado inicialmente al Cementerio de la Recoleta pero luego sus restos fueron mudados a la estancia de Ayacucho que fue cómplice de su hazaña.
En conmemoración de la fecha en que Mancha y Gato entraron en la ciudad de Nueva York, el Honorable Senado de la Nación Argentina y la Cámara de Diputados, han designado el día 20 septiembre como el «Día Nacional del Caballo».
Fuentes:
https://arecotradicion.com
https://www.criollo-horse.com
https://rivadaviaonline.com.ar/
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