Reducción de la expectativa de vida de la mujer en la era industrial.
Según la agencia EFE en Japón el día 5 de marzo del 2013 cumplió años la mujer más anciana del mundo. Misao Okawa, cumplió 115
años en Osaka, oeste de Japón.
Como fruto de esta larga vida ha tiene tres hijos, cuatro nietos y seis biznietos.
La mayor esperanza de vida en mujeres es uno de los últimos resabios positivos del sometimiento de la mujer al patriarcado.
Históricamente hubo diferencias en la expectativa de vida entre varones y mujeres, en las que las cifras correspondientes a nosotras era muy superior debido al encierro y la permanencia en la esfera de lo privado. Lo que suponía quedar al margen del stresss y de peligros.
Si nos ubicamos en la prehistoria, los hombres salían a cazar, sometiéndose a los desafíos de enfrentarse con las bestias que cazaban, accidentes en las carreras persiguiéndolos, generando múltiples fracturas y alimentándose básicamente allí donde obtenían su alimento, y sólo reservaban algunos pocos trozos para las mujeres que esperaban en las cavernas. Si bien ellas complementaban su alimentación con recolección de semillas, raíces y frutos, esto ha quedado registrado en los restos antropológico, los esqueletos muestras una notoria diferencia, siendo el de los hombres cuya dieta era rica en proteínas mucho más fuerte que los ejemplares femeninos.
Cuando éramos princesas encerradas y protegidas en un castillo dependiendo de un caballero de quien nos aportaba la provisión de lo necesario y quedábamos bajo su protección, las mujeres, entonces, teníamos mayor tasa de esperanza de vida. Era el varón el que salía a trabajar fuera de la casa, generalmente en labores de mayor esfuerzo físico tratándose de familias aristocráticas. Aunque en las familias campesinas siempre el núcleo familiar se constituyó en unidad productiva, formada por igual por varones, niños y mujeres.
Esto no cambió en los sectores más humildes con la etapa industrial. En la película Germinal, basada en la novela de Emile Zola, la familia obrera completa trabaja en las minas de carbón, y cada hijo muerto o casado era contabilizado por los padres como "un salario menos", tanto se tratara de un varón o una chica.
Esta película llevó al cine una escena de la obra pictórica de Giuseppe Pellizza da Volpedo, "El cuarto estado", inmortalizando esa movilización de las familias proletarias reclamando mejoras en las condiciones de trabajo y de vida.
Esto no cambió en los sectores más humildes con la etapa industrial. En la película Germinal, basada en la novela de Emile Zola, la familia obrera completa trabaja en las minas de carbón, y cada hijo muerto o casado era contabilizado por los padres como "un salario menos", tanto se tratara de un varón o una chica.
Esta película llevó al cine una escena de la obra pictórica de Giuseppe Pellizza da Volpedo, "El cuarto estado", inmortalizando esa movilización de las familias proletarias reclamando mejoras en las condiciones de trabajo y de vida.
A modo de justificación dejo imágenes de algunas escenas en las que se observa el parecido de la Película Germinal con el cuadro de Volpedo.
Pero más fuertemente a partir de comienzos de siglo XX eso fue cambiando, la inserción de la mujer en el mercado laboral, el hacerse cargo de un hogar y las responsabilidades correspondientes, el quedar sometidas a la presión del tráfico y el stress de la vida moderna, la aceptación social de la mujer consumidora de tabaco, alcohol y otras adicciones, todo ello fue igualándonos en las enfermedades y deterioros físicos lo que hace que poco a poco la diferencia en expectativa de vida comience a achicarse.
La liberación femenina tiene su precio.
La liberación femenina tiene su precio.
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