Judicialización de la pobreza, la ignorancia y la ausencia de instituciones tutoras de las mujeres.
Cuando es más fácil
culpar a una mujer
Cuando es más fácil
culpar a una mujer
María Ovando, víctima del analfabetismo, la pobreza, una educación patriarcal que la entregó casi niña a la violencia masculina, la indiferencia de los funcionarios municipales y provinciales, fue liberada por el
Tribunal Oral Penal N° 1 de Eldorado, Pcia de Misiones. Pero permaneció detenida durante 19
meses acusada por la muerte de una de sus hijas.
Las 20.000 firmas que clamaron a la justicia de Misiones la absolución de una mujer acusada
de dejar morir por desnutrición a su hija de tres años lograron su
objetivo. Un tribunal de Eldorado ordenó ayer la inmediata liberación de
María Ovando, a quien se le imputaba "presunto abandono de persona
seguido de muerte y agravado por el vínculo" de su hija Carolina el año
pasado.
"Ahora, mi hija descansa en paz", dijo la mujer
emocionada luego de conocer el fallo del Tribunal Oral Penal N° 1 de la
localidad misionera, ubicada a 100 kilómetros de las cataratas del
Iguazú.
El proceso comenzó hace un año, pero Ovando estaba detenida desde hacía siete meses
y alejada del resto de sus hijos. Carolina era la antepenúltima de sus
doce chicos. "Sufrí mucho para mantenerlos. Pasé hambre, golpizas. Mi
casa era chica, muy chiquita, pero igual crié a todos mis hijos", relató
Ovando, de 37 años.
En marzo del año pasado, Carolina empezó a quejarse de
dolores muy fuertes en el estómago. Su madre la tomó en brazos para
llevarla hasta un centro de atención sanitaria a cinco kilómetros de su
casa, ubicada en el Paraje Mado, no obstante la desesperación de la mamá, la nena murió. "Me decía que le dolía
mucho el estómago. Me llevó tiempo llevarla al hospital porque no me
paró ni un auto. Hice todo lo que podía hacer. No tenía plata ni nada, y
salí a la ruta para llevarla al hospital. Mis hijos habían quedado
solos", relató ayer ante el tribunal.
Y agregó: "Ella murió en mis brazos. No sabía qué
hacer". Entonces, por miedo, decidió enterrarla en un monte de la zona
para ocultarla. "Ella amaneció mal nomás y no sé ni por qué, como para
decir que ella había comido algo que le hizo mal en el estómago, no
estaba como empachada ni nada", detalló ante los jueces.
La fiscalía,que nunca había hecho nada por el bienestar de esa nena, había solicitado al tribunal una pena
de cinco años de prisión. Finalmente reconoció que Ovando vive en una situación de
pobreza estructural, aunque advirtió que eso no la exculpaba de sus
responsabilidades. Sin embargo, no la responsabilizó de la muerte de su
hija porque consideró que los médicos; que tampoco pudieron hacer nada por Carolina, cuando estaba en vida, no fueron precisos al declarar
durante el juicio.
En tanto, la defensa argumentó que se trataba de "un
caso de criminalización de la pobreza". La abogada Roxana Rivas sostuvo
ante el tribunal que "María es analfabeta" y que "el Estado jamás le
informó que podía acceder a una asignación por ser madre de siete
hijos", ni le otorgó ningún tipo de ayuda para criar a su familia.
La defensora sostuvo también que "está comprobado que
en ningún momento abandonó a sus hijos. Al contrario, fue una madre que,
a pesar de las vicisitudes y la pobreza, siempre se preocupó por
ellos".
El tribunal decidió la absolución y dispuso la libertad
inmediata de Ovando, aunque los fundamentos del fallo de los doctores
Juan Carlos Sosa, Lydia Gallardo y Ángel León se conocerán recién el
miércoles que viene. Además, la abogada defensora informó a Télam que
los jueces remitieron la causa al juzgado de familia correspondiente,
"donde comenzará el trámite de la restitución" de sus once hijos.
Contó también que Ovando vivirá durante los próximos
meses en una casa de la parroquia de Eldorado, que tampoco auxilió a tiempo a esta mamá "para que esté cerca de
los chicos y se vaya reencontrando con ellos, sobre todo con la beba,
que tenía 2 meses en el momento en que la detuvieron".
Rivas informó ayer ante la prensa que cubrió el fallo
que comenzarán las gestiones para que Ovando y sus 11 hijos reciban
planes de asistencia social y adelantó que se evalúa realizar una
presentación ante el Estado provincial para acceder a una vivienda en
Posadas.
"No quiero vivir más donde estuve porque hay mucho
maltrato", sostuvo Ovando, que denunció también que recibió golpes de su
marido.
"Quiero trabajar, seguir estudiando y tener una casa
para vivir con mis hijos -planteó ayer-. Ya sé escribir mi nombre y
apellido, firmo y aprendí a hacer panes, facturas y bizcochitos..."
Este es el entorno donde viven los niños de esta familia.
Este caso, desnudó la persistencia del hambre y sus dramáticas consecuencias en nuestro país, al mismo tiempo que la ausencia de entidades privadas, de colectividades, religiosas o estatales, tanto a nivel municipal, provincial o nacional, que pudieran paliar parte de las carencias más urgentes de esta familia.
Las mujeres tienen derecho a educación sexual y reproductiva que les permita elegir la cantidad de hijos que desean tener y el intervalo entre ellos, a parto humanitario, a acceso a la salud y educación pública gratuita, a vivienda y a vestimenta digna, a recibir una asignación que proteja a la madre desde el embarazo, a la "asignación universal" de sus hijos, a alimentación que permita mantener una vida sana, etc. etc. Y por sobre todo a acceder a esa información.
Las mujeres tienen derecho a educación sexual y reproductiva que les permita elegir la cantidad de hijos que desean tener y el intervalo entre ellos, a parto humanitario, a acceso a la salud y educación pública gratuita, a vivienda y a vestimenta digna, a recibir una asignación que proteja a la madre desde el embarazo, a la "asignación universal" de sus hijos, a alimentación que permita mantener una vida sana, etc. etc. Y por sobre todo a acceder a esa información.
María Ovando recuperó a sus hijas
Las niñas, de 2 y 4 años, pasaron su primera noche con su mamá después
de dos años. La Justicia también le otorgó la custodia de una nieta de
7.
Cinco meses y seis días después de la liberación de María Ovando (37), la jueza de Familia de Eldorado, Margarita
Potschka, determinó que sus hijas de 2 y 4 años y su nieta de 7, que se
encontraban bajo el cuidado de su abuela paterna en Puerto Esperanza,
volvieran con ella.
Tras una breve audiencia realizada el lunes, las tres niñas pasaron su primera noche bajo el mismo techo que su madre.
Dos
años y un mes pasaron desde la detención de María, quien fue acusada
por el juez Roberto Saldaña de “abandono de persona calificada por la
muerte resultante y por el vínculo”, tras el deceso de su hija Carolina
en marzo de 2011.
Fuente:
Diario La Nación, Bs As, Jueves 29 de noviembre de 2012
Primera Edición. Posadas Martes 7 de mayo de 2013
Diario La Nación, Bs As, Jueves 29 de noviembre de 2012
Primera Edición. Posadas Martes 7 de mayo de 2013
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