El derrotero del Mural del Bicentenario.
La película nacional "El mural" muestra el proceso de creación del Mural "EJERCICIO PLÁSTICO" que el famoso muralista mexicano Siqueiros, junto con los pintores argentinos Berni, Spilimbergo, Castagnino y otros, pintaron en la Quinta de los Granados, en Don Torcuato, propiedad de Natalio Botana, el fundador del periódico CRITICA, en 1933.
Ambientada en la Argentina de la Década Infame (1930 al 45), en la que le toca llegar a Siqueiros como exiliado político. LLega con deseos de pintar en los silos del puerto las penurias obreras, pero el gobierno fraudulento, expresión del restablecimiento de la oligarquía gracias a alianza entre grupos conservadores y militares, obviamente "le prohibieron" concretar.
El conocido como Mural del Bicentenario será la única obra en el amplio repertorio de este genial muralista que tiene aspiraciones únicamente estéticas, ya que su trayectoria nos muestra su deseo de realizar obras públicas para que las clases populares también tuvieran acceso al arte y a la vez a las ideas políticas que intentaban defenderlos y despertar en ellos el deseo de luchar por sus derechos, como lo hizo en México, Chile, EE.UU entre otros.
Genio inigualable, uso la aerografía, y la proyección sobre las paredes como métodos para poder realizar sus grandes murales rápidamente. Siempre en espacios públicos, universidades, barrios obreros, y con creatividad ajustaba la pared que usaba para sus obras,... puertas,ventanas lejos de estorbar eran incorporados a la composición de su obra.
Es una interesante historia del proceso de esta obra que casi es sacada del país, pero para evitar que se traficara ilegalmente, fue declarada PATRIMONIO ARTÍSTICO NACIONAL. Cuando ya se encontraba deshuesada en el puerto con destino incierto y pudo ser rescatada y restaurada para poder ser expuesta al público en el Museo del Bicentenario.
Seguramente Siqueiros estará contento que su obra sea exhibida y accesible gratuitamente al pueblo argentino.
El valor del film va más allá del estético, porque refleja la situación política-ideológica de la época, el papel de los medios de comunicación en la distracción de la opinión pública y aún su poder por minar la reputación de un presidente constitucional representativo de la voluntad de las clases medias y bajas que habían luchado por años para llegar al poder por medios legales, reflejo de personajes, convenciones sociales, de procesos económico-sociales y el ambiente cultural en esa Argentina que inspiró a Discépolo para plasmar el desánimo y la crisis de valores en CAMBALACHE, un par de años más de diferencia, pieza musical que se tomará como Himno del Siglo XX en la Argentina.
El mismo soporte representaba un desafío, un sótano con planta octogonal, con techo abovedado. Será usado todo el espacio, desde el techo al suelo, las figuras femeninas encerradas como en una burbuja de agua danzan con estridente colorido. Una obra única que quedó por años reservada a los compañeros de naipes del círculo social de la familia Botana, luego vendida la casa a la flia. Alsogaray la "señora" la hace cubrir con cal por considerarla inmoral, más tarde llega el tiempo del abandono, la soledad y el silencio, para terminar en una venta vil, las máquinas quitando la casa quinta que se encontraba sobre el sótano y la tierra de alrededor de la obra para después desarmarla por paneles y colocada en un container en el que sufrió humedad, altas temperaturas... un verdadero Vía Crucis que pretendió sacarla del país, pero también casi destruirla.
Esa película constituye una buena oportunidad para ver, analizar, reflexionar y debatir sobre arte argentino, su relación con el estado, la clase obrera, las búsquedas estéticas, sobre nuestros mejores artistas comprometidos con un arte de denuncia y las influencias que de otros han recibido.
Hoy dentro de un blindex se ha restaurado y reunido en la disposición original. Un sofisticado mecanismo cuida la temperatura y humedad para que se preserve, y una gigantografía en el vidrio muestra a Siqueiros con una mano abierta en señal de detención, como queriendo seguir protegiendo su obra, como defendiéndola por la eternidad de nuevos vejámenes.
Hoy dentro de un blindex se ha restaurado y reunido en la disposición original. Un sofisticado mecanismo cuida la temperatura y humedad para que se preserve, y una gigantografía en el vidrio muestra a Siqueiros con una mano abierta en señal de detención, como queriendo seguir protegiendo su obra, como defendiéndola por la eternidad de nuevos vejámenes.
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