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martes, 13 de junio de 2023

Las mujeres en la vida del General Belgrano

 

Las Mujeres de Belgrano

Manuel Belgrano protagonizó historias apasionadas, en su lucha por la libertad de la Patria

 La primera mujer importante en la vida de Manuel Belgrano sin duda ha sido su madre, Doña María Josefa González Casero,   que atravesó dieciseis partos sobreviviendo trece hijos. Una mujer devota que supo mantener a su familia cuando su esposo fue injustamente a prisión.Seis años después de iniciado el juicio, y tras idas y vueltas epistolares de María Josefa, la Justicia absolvió al padre de Manuel. Pero la familia no recuperó todos los bienes embargados, ni el detenido su ánimo. Murió un año más tarde. Como todas las matronas de la época inculcó en su hijo una fuerte devoción cristiana, que no sólo lo reflejará en su vida sino también en su ejército, ya que cuando presidía las tropas de la Expedición al Norte hacía rezar a esos criollos, gauchos y  negros improvisados en soldados todas las mañanas con la convicción de transmitirles los valores de la fe y la moral. 

Se dice que  las mujeres significativas en la vida de Manuel rompieron cánones, se arriesgaron y dejaron sus marcas aunque no aparezacan en los textos de la historia nacional. No eran feministas, eran temerarias y osadas, fanáticas de la libertad en el más amplio de los conceptos, para un mundo actuado y contado solo por varones. 

Las Mujeres de Belgrano
En medio de la lucha en el Consulado Manuel conoció a Josefa Ezcurra quien acompañaba a su padre a esas reuniones, allí comenzó un idilio que fue interrumpido por los Ezcurra que creían que Belgrano no estaba a la altura de su hija, haciéndola casar con un primo comerciante próspero español. Pero producida la Revolución de Mayo éste se vuelve a su patria, abandonando a la joven patriota. 

Manuel Belgrano luchará como muchos porteños frente a las Invasiones Inglesas y tal vez se cruzó con Martina Céspedes y Manuela Pedraza, luego formará el grupo más radicalizado de nuestra Revolución de Mayo lo que lo llevará a convertirse primero en  vocal de la Primera Junta y luego en improvisado General para unir a Paraguay con las decisiones porteñas primero pero luego lo enviarán a enfrentarse con los realistas en el Norte.


Maria Remedios del Valle,

Hubo mujeres que abrazaron decididamente la causa patriótica, como María Remedios del Valle, parda y analfabeta, que tuvo un heroico desempeño en el Ejército del Norte acompañando a su marido y sus dos hijos, quienes lamentablemente no sobrevivirían a la campaña. . Pero María de  los Remedios no sería la primera ni la más aguerrida mujer que participó en nuestros ejércitos. Quedó probado, que madres, esposas, hijas o hermanas, se sumaban a los batallones militares, al comienzo relegadas por parte del ejército a tareas típicamente femeninas, pero cuando el peligro acechaba no dudaron en desenfundar las armas   activar cañones y otras actividades que quedaron registradas en los partes militares en las  guerras por la Independencia. María  combatió en el regimiento de artillería de la Patria. En una ocasión, siendo prisionera de los realistas, ayudó a escapar a los jefes patriotas y luego logró escapar ella. Peleó con agallas, asistió a los heridos y por esta razón Belgrano, que era reacio a incorporar mujeres, le dio el grado de capitana .Esto le valió el reconocimiento de la Cruz Roja Argentina al considerarla una de las primeras enfermeras argentinas.Esta hija de Buenos Aires, que perdió a su esposo e hijos en las guerras independentistas,e incluso sufrió azotes que marcaron su cuerpo para siempre, envejeció pidiendo limosnas delante de las iglesias o vendiendo pastelitos por la calle a pesar de haber participado como auxiliar de las Invasiones Inglesas y acompañar al Ejército del Norte (en la caída de Huaqui, la retirada del Alto Perú, el Éxodo Jujeño, las victorias de Tucumán y Salta y las derrotas de Vilcapugio y Ayohuma). Un legislador en 1827 porteño ex combatiente de nuestras guerras por la libertad, Viamonte la reconoció e inició un proyecto para otorgarle una pensión, pero no fue fácil porque la legislatura de Buenos Aires no se quería hacer cargo de esta deuda de la nación, pero después de otro intento en 1828  María Remedios tuvo su merecido reconocimiento cuando le otorgaron el sueldo de capitana de infantería, 30  pesos mensuales que era lo que ganaba una costurera, porque salió  en su defensa  Tomás de Anchorena  . Luego fue ascendida a sargento mayor (entonces un grado de oficiales) en tiempos de Rosas. A pesar de todo fue de las pocas mujeres que obtuvo reconocimiento militar.

 La  convicción de Josefa Ezcurra la llevará  a viajar al Norte para estar con el General en un viaje de un mes. Se reencontró con Manuel, estaba sola, pero no era libre y compartieron ocho meses, además del Éxodo Jujeño y la batalla de Tucumán. En 1813, en esta última provincia, cuando el ejército se alistaba a perseguir a los realistas, se separaron cuando ella descubre su embarazo. Él le plantea que el campo de batallas no era un lugar seguro para criar a un niño. Pero no podía regresar en ese estado a Buenos Aires, así que se marcha hacia Santa Fé en donde un matrimonio amigo le da asilo para evitar las habladurías. Hubo un hombre mayor, que controlaba el ejército en Tucumán y que pudiendo o no reconocer y hacerse cargo deja a la embarazada sola, mira para otro lado y sigue con su vida. Cuando nace Pedro el recién nacido fue bautizado en la Catedral de Santa Fe y anotado como huérfano, aunque en su partida de nacimiento la madre figura como madrina de bautismo. Josefa entonces escribe a su hermana que recién se había casado con Juan Manuel de Rosas para que lo adoptaran y así llegó el hijo de Belgrano a ser criado y educado por la familia Rosas. Siempre cerca de su "tía Pepa".

Pedro Rosas y Belgrano

Recién al cumplir su mayoría de edad el propio Juan Manuel a pedido de Belgrano le informa de sus verdederos padres. Desde entonces el joven comenzó a firmar Pedro Rosas y Belgrano.

Rosas le cedió a su hijo extensos campos en la zona de Azul, donde éste se instaló y donde transcurrió el grueso de su vida, dedicándose a la ganadería y a la milicia. Fue juez de paz y coronel comandante militar interino de Azul.

 Se casó con Juana Rodríguez en 1851. Su madrina de bodas fue María Josefa.

Las Mujeres de Belgrano
Para muchas mujeres, abrazar la causa patriótica fue no sólo donar sus joyas para las campañas militares, cantar el Himno, confeccionar uniformes, distintivos, banderas como lo cuenta la propia Mariquita Sánchez, sino también participar en los momentos previos de la revolución pudiendo tener acceso a las ideas criollas en su participación en tertulias, y después de la revolución también cumplir funciones, a veces peligrosas, como mensajeras, portadoras de documentos secretos, encargadas de las tareas de inteligencia y empuñaron armas frente a los realistas.


Las Mujeres de Belgrano
Manuel Belgrano en 1812 contó con el apoyo de un grupo de vecinas de Rosario encabezadas por María Catalina Echevarría de Vidal para la confección de nuestra Bandera Nacional. Tarea que les llevo cinco día de labor. María Catalina era hija de inmigrantes vascos. Conoció a Belgrano por medio de su hermano, Vicente Anastasio de Echevarría, un hombre de activa participación política en la época.
Los Echeverría hospedaron a Belgrano en su casa donde este había llegado para inaugurar un pequeño fuerte para contener el avance de los realistas. Dicha insignia patria se hizará frente a las barrancas del Paraná  el 27 de febrero en el poblado de la Capilla del Rosario, Pago de los Arroyos y allí estará como testigo María Catalina aunque no era normal participar a  las mujeres de este tipo de ceremonias . Aunque en esa oportunidad el Triunvirato no la acepta y le ordana a Belgrano que la guarde.



Juana Azurduy
Cuando la Primera Junta de Buenos Aires envió expediciones para ayudar a los pueblos altoperuanos en su lucha emancipatoria Manuel Ascencio Padilla  se presentó ante Manuel Belgrano como jefe del Ejército del Norte. La región altoperuana proclamó su adhesión y Manuel Padilla,  impidió la llegada de refuerzos españoles para auxiliar al gobernador de Potosí. Junto con su esposa Juana Azurduy. Entonces, la guerra en el Alto Perú se había convertido en guerra de guerrillas o de republiquetas, por estar al mando de caudillos locales. En este tipo de acciones irregulares, que poseen más decisión y audacia que recursos, las mujeres ocuparon un lugar preponderante.  Después de la batalla de Salta, Juana  formó y combatió con el batallón de los Leales, también integrado  por mujeres como Teresa Bustos de Lemoine y una treintena más conocidas como Las Amazonas. La guerra de guerrillas estaba formada por grupos pequeños que atacaban al enemigo por sorpresa, el conocimiemto del terreno les permitía retroceder cuando eran atacados o avanzar cuando los realistas huían. Con más bravura que armas, si bien tuvieron derrotas en batallas campales, lograron mantener a raya a las fuerzas realistas.

Las Mujeres de Belgrano
A la muerte de  Padilla Juana siguió combatiendo para defender la libertad y ya en 1816, comenzó a ser nombrada en los partes y misivas de guerreros patriotas y españoles. Se destacó su bravura en  batalla. Por esa acción, Belgrano le obsequió su espada y envió una carta al director supremo Pueyrredón para que le concediera grado militar. Recibió el grado de teniente coronela.

Juana se trasladó a Salta para combatir a las órdenes de Martín Miguel de Güemes.

Cuando San Martín se hace cargo del Ejército del Norte, decide cambiar la ruta de acceso a Lima, cruzando la cordillera de los Andes hacia Chile y navegar luego  hacia Pisco (Perú) para luego dirigirse hacia Lima, el bastión realista,   deja a Juana y  al Gral. Güemes para que con su guerra de guerrillas, aprovechando los conocimientos del terreno generen una guerra de desgaste, y a la vez, distracción del enemigo.

Las Mujeres de Belgrano
                                                                                   Las Mujeres de Belgrano


En 1825, el General Simón Bolivar la ascendió a Coronela. Y le estableció una pensión de 60 pesos y Sucre se la aumentó a cien, pero sólo la cobró durante dos años, porque los gobiernos posteriores, se la quitaron, las nacientes naciones se olvidaron del arrojo desplegado por las mujeres guerrilleras.
Tras la muerte del caudillo salteño Martín Miguel de Güemes,  quedó carente de recursos para volver a su patria chica.
Su vida entonces transcurrió en Salta reclamando inútilmente a Bolivia sus bienes confiscados. Recién en 1825, el gobierno salteño le otorgó dinero para su regreso.
Cuando Manuel Isidoro Belzu asume la presidencia le otorga una pensión, pero sólo le fue pagada durante algunos años.
Ya anciana, vende la hacienda que le quedaba en Cullcu y sumado a su pobreza se encuentra sola, debido a que su yerno es trasladado a trabajar fuera de la ciudad, para donde también parten su hija y nieta.
El 25 de mayo de 1862, cuando estaba próxima a cumplir 82 años muere. Su cortejo fúnebre estuvo integrado por unos pocos indios que llevaron el ataúd, el cura y el joven Indalecio Sandi, bisnieto de su hermana Rosalía, con quien compartió sus último días.

Las Mujeres de Belgrano

Martina Silva de Gurruchaga, fue una salteña que a
dhirió a la causa independentista junto a su marido, y tuvo una activa participación en la vida política y militar de esa provincia..Colaboró económicamente con la causa de la independencia en Salta. Donó dinero personal, y también ofreció sus fincas al servicio de la revolución. 
En 1812, cuando los realistas ocuparon Salta, Martina Silva de Gurruchaga, junto a otras valientes mujeres como Gertrudis Medeiros, Celedonia Pacheco de Melo, Magdalena Güemes, Juana Torino, María Petrona Arias, Juana Moro y Andrea Zenarrusa, organizaron una poderosa red de espionaje que puso en jaque al ejército realista.

Eran las llamadas “bomberas”, valientes mujeres que llevaban información y datos secretos a las fuerzas patriotas corriendo grandes peligros en tan audaces lances. A la llegada del Gral Belgrano se sumaron a sus huestes  y además Martina bordó una bandera celeste y blanca para él quien la nombró como Capitana del Ejército. 


En 1814 nuestro gobierno envía a Manuel junto a Bernardino Rivadavia a Londres para conseguir el apoyo de las potencias europeas a nuestro movimiento revolucionario, pero la misión coincidió con la vuelta al poder de Napoleón y la formación del Congreso de Viena que pretendía retrotraer a Europa antes de la Revolución Francesa, emponderando a las monarquías.

Es en ese viaje en el que posa para hacer el retrato por el artista francés Francois Casimir Carbonnier que se encuentra abriendo el artículo

Durante sus tiempos libre se encontró con una francesa Isabel Pichegru quien se hacía pasar por hija de un importante general francés. Pero resultó una embustera profesional, una suerte de cortesana bien conectada con los hombres influyentes de Londres, que encandiló con su belleza y libertinaje a Belgrano. Tan prendada quedó del hombre, que lo siguió hasta Buenos Aires, aunque nunca más lo vio. Parece que ella le envía una carta para decirle que vendrá a  a buscarlo, pero Belgrano nunca la recibe. Y se fue al norte, conoció a Dolores y empezó otra historia.

De regreso de Europa se presenta ante el Congreso de Tucumán para impulsar nuestra independencia y el establecimiento de una especie de monarquía parlamentaria en la que el rey fuera un heredero Inca, propuesta que despertó gran oposición.

Las Mujeres de Belgrano

Manuel en el baile de celebración de la Independencia en San Miguel de Tucumán  conoce a la tucumana María Dolores Helguera hija de una familia de linaje.
Manuel vivió en la capital tucumana desde 1816 a 1819, mientras que María Dolores lo acompañaba y trataba de paliar sus enfermedades, pero la muchacha quedó embarazada y el general consideró peligrosa la situación para María Dolores y su futuro hijo. Ella vuelve a su casa y sus padres muy  rápido le encontraron un esposo para acallar las murmuraciones, un tal Rivas catarmaqueño, y allí se fue a formar una familia. En 1819 nace una hija a la que Belgrano no reconoció como legítima en su testamento aunque le legó un terreno en Tucumán. Mientras tanto Belgrano se traslada a Buenos Aires creyendo que en el calor familiar podría mejorar su salud que tan castigada había sido viviendo en tiendas de campaña que poco podían resguardarlo de las inclemencias y mal alimentado porque Bs As desatendía sus pedidos de víveres, abrigo y armamento para su ejército. Ya habían comenzado a aparecer los caudillos provinciales y los porteños van a querer hacer retroceder el ejército hacia Bs As para apoyar sus intereses. 
Las Mujeres de Belgrano

Su hermana Juana, compinche de juventud, velará por él hasta su último suspiro. Belgrano en su lecho de muerte  le pediría a su hermano y albacea, el canónigo Domingo Estanislao, “que pagadas todas sus deudas, aplicase el remanente de sus bienes a favor de una hija natural llamada Manuela Mónica que de poco más de un año había dejado en Tucumán” y que la criaran y educaran.

Manuela Mónica del Corazón de Jesús llegó a Buenos Aires en 1825, cinco años después de la muerte de Manuel, criada por su tía Juana y  su educación fue tutelada por su tío, el canónigo Domingo Belgrano cumpliendo así la última voluntad de Belgrano.


Al transitar los 15 años Manuela fue cortejada por su comprovinciano Juan Bautista Alberdi, pero contra todo lo esperado lo rechazó y optó por darle el sí a un primo, Manuel Vega y Belgrano, un pariente lejano, empresario radicado en la ciudad bonaerense de Azul.


Las Mujeres de Belgrano
“Mi corazón es franco y no puede ocultar sus sentimientos: amo además la sinceridad y no podría vivir en medio de la trapacería que sería precisa para conservar un engaño; sólo a las pobres mujeres he mentido diciéndoles que las quiero, no habiendo entregado a ninguna, jamás, mi corazón”, escribió Belgrano en una carta dirigida a Güemes tres años antes de morir, en diciembre de 1817.
Retrato de Zaida Souza perteneciente al Instituto Belgraniano de Monte Grande.




domingo, 30 de abril de 2023

Las catalinas de Buenos Aires

 Primeras monjas en Buenos Aires. Dominicas de Santa Catalina de Siena.

Primeras monjas en Buenos Aires





Primeras monjas en Buenos Aires

Mi inquietud es la de conocer como vivió, pensó y actuó la mujer en el pasado y en este trabajo concretamente, quienes eran, cuales fueron las motivaciones y como fue la vida de las primeras monjas de Buenos Aires.

No es una labor fácil porque la historia oficial solo daba lugar a acontecimientos políticos y militares donde solo cabia lugar para los hombres,  alejarme de las visiones cuantificadoras y biográficas. Es necesario comprender la historia como producto de la acción colectiva de las sociedades, y ahí entran las mujeres anónimas, aquellas que no trascienden por proezas o hazañas, sino simplemente por ocupar el lugar asignado para ella dentro de la sociedad.Tampoco concibo hacer historia anclada en el pasado, sino hacer una historia viva, retrocediendo y adelantandose en el tiempo para buscar explicaciones, continuidades y diferencias.


Imagen colonial de la iglesia de Santa Catalina

Necesito entonces, analizar la sociedad en la que se enmarcó la fundación del monasterio de las monjas dominicas de Buenos Aires, el de Santa Catalina de Siena y el lugar que en ella se le cedía a la mujer, para entender su por qué, a la vez que conocer las catalinas del presente para comprender las del pasado.

Los reyes católicos inicialmente negaron la posibilidad a las mujeres de transladarse a América para fomentar la mestización y de alguna manera difundir la fe católica, hasta que llegó la noticias de ciertas inclinaciones por la poligamia por parte de los conquistadores. Para crear verdaderas familias cristianas y propagar la fe tuvo que enviar mujeres, algunas de los conquistores, sus hijas y otras jóvenes de impecable moral que se esperaba se casaran con los solteros, por lo menos en lo alto de aquella nueva sociedad que se pretendia crear.

Pero al generarse mujeres descendientes de esas familias pero pobres, que no podían reunir para su dote, algunas mujeres fueron armando casas donde se les enseñaba a las doncellas conocimientos rudimentarios, cristiandad y ejercitarlas en el tejido   de algodón para  con el trabajo honesto tuvieran la oportunidad de formar esa dote que era necesaria para cantraer matrimonio, poniendo su mano al servicio de los hombres y su espíritu al servicio del señor.

Sin embargo, los reyes negaban la fundación de monasterios femeninos en América, al mismo tiempo que  España estaba sembrada de ellos. Cómo explicar esas reiteradas negativas en el Nuevo Mundo. El fin en América era poblar y realizar un transplante religioso-cultural y sólo con mujeres blancas de origen noble se podían constituir hogares cristianos. Tan valiosas como escasas eran las mujeres como para encerrarse a rezar. Esa fue la causa de que las fundaciones femeninas se retrasaran mientras que desde el primer momento del descubrimiento estuvieron presentes religiosos en las expediciones.

Primeras monjas en Buenos AiresAunque hay quien afirma que los  monasterios surgen en el siglo XVIII como una expresión más de las diferencias sociales que aparecieron como consecuencias de las reformas borbónicas y la jerarquización de Buenos Aires que éstas trajeron. Un nuevo sector reservado para la gente noble y con limpieza de sangre al que no podían acceder mulatos libres que habían logrado ascenso económico  gracias a las actividades artesanales, y mucho menos quienes llevaban sangre negra o  indígena. Tanto el convento de Santa Catalina fundado en 1745, como el de Nuestra Señora del Pilar de 1749 son reservados para las familias aristocráticas.

Para ingresar al convento las normas establecidas en el Concilio de Trento exigían vocación, vida y costumbres morigeradas, al menos quince años de edad, aptitud física para poder observar las reglas, no ser casada, legitimidad de nacimiento, limpieza de sangre y el pago de una dote. En caso de las catalinas se diferecia el valor de la dote ya se tratara de monja de velo negro o blanco.. Respecto de la legitimidad para la admisión de religiosas de velo negro. Las pocas excepciones admitidas se hicieron sobre la base de que cuando menos los padres fueran españoles y solteros en el momento de la concepción.De no tener suficiente para la dote, la priora y su consejo podían conceder una reducción por saber tocar el órgano o el clave, o por tareas a las que se comprometiera su familia

Será necesario descubrir el entorno de estas fundaciones, analizar el lugar de la mujer en esa sociedad hispanocriolla del siglo XVIII para comprender los motivos que las llevaron a recluirse de por vida. Y el encierro era tan estricto que no podían ser vistas, solo escuchadas a través de barrotes y un velo, si enfermaban el médico ingresaba con el obispo y si morían se las inhumaban dentro del predio.

El matrimonio era un acto ritual, sin amor, ni consenso, que apostaba a la descendencia, un pacto de intereses y conveniencias familiares. Así las costumbres instituían  que pasada cierta edad sin contraer matrimonio o en su defecto sin tomar los hábitos una mujer sería mal vista.

Primeras monjas en Buenos Aires

En esa sociedad la devoción trascendía  en las costumbres y en el cotidiano vivir, desde la cuna al sepulcro la Iglesia legaliza, organiza y registra los actos más importantes de la vida. Los toques de la campanas regulaban las tareas, y señalaban las horas. El rezo del rosario era rito indispensable en el hogar. La bendición al levantarse y acostarse de padres a hijos, la bendición de la mesa, la concurrencia a misa -no solo dominical- y la frecuentacion de los templos para novenarios eran norma  como la de participar de procesiones. En la misa el celebrante aprovechaba para comentar, alabar, fustigar, orientar sobre los sucesos de la semana.

Las vocaciones en ese ambiente de tanta religiosidad no era difícil que prosperaran. La profesión de fe era considerada tan noble como abrazar las armas para aquellas familias y  en lo religioso las oraciones de una monja ayudarían a la salvación de sus almas.

Teniendo en cuenta el rígido sistema paternalista vigente entonces, la mujer que deseaba ser dueña de su vida y oponerse al candidato prefijado por sus padres, se convertía en una contestataria, a la que no le quedaba otra solución honesta que tomar los hábitos.

Primeras monjas en Buenos Aires

Otros autores considerando la pobre posibilidad de vida intelectual activa que les ofrecía el mundo, mencionan como motivo para ingresar a un convento, el buscar alguna forma de realizarse como personas, encontrar un escape para expresar potencialidades intelectuales y aún su genio literario como en el caso de Sor Juana Inés de la Cruz. Pero en el caso de  las catalinas no había lugar para efectos personales, una biblioteca personal, ni licencias en la oración por motivos de creación intelectual. Además relevada su biblioteca todos los libros giraban en torno de lo bíblico, liturgico y la vida de lo grandes santos. La vida dentro del convento es contemplativa, dividiendo su día en oración, trabajo y estudio, pero una instrucción que alimente la oración, sobre teología y sagradas escrituras por lo que no quedaria comprobada la hipotesis  del móvil intelectual  en relación a nuestras primeras monjas.

Si bien las catalinas cordobesas se dedicaron a la instrucción de niñas durante los primeros 150 años, observando las madres fundadoras de Buenos Aires que eso podría distraer la atención y generar inconvenientes por estar ocupadas en esa labor, persuadieron de la incompatibilidad de ocuparse de ambas vidas.

Y no se pueden descartar motivos tran triviales como el económico, ya que se necesitaba la mitad de la dote para tomar los hábitos que para casar a una hija.

Pero nos engañamos si buscamos solo motivos a través de la razón. La sociedad ha cambiado radicalmente, hoy la mujer ocupa los más diversos roles, de acuerdo a su capacidad y voluntad, es totalmente libre para manejar su vida, y sin embargo,  las dominicas de clausura no han desaparecido, aún más, se han multiplicado por siete  las casas que tienen en nuestro territorio.

Primeras monjas en Buenos Aires

Desvanecidos los motivos arriba mencionados debemos encontrar los esenciales que llevaron a aquellas criollas y que perduran en las jóvenes que hoy deciden imitarlas, y que tal vez no comprendamos. Ellas hablan de un llamado de Dios, a la sencillez, a la simplicidad, al amor a la verdad, a la felicidad, a la oración litúrgica cantada, a la vida en fraternidad, a una comunión con Dios. Llamadas por Él a ejemplo de María, permanecer cerca del Señor y escuchar su palabra.

Las fundaciones en América se dicidieron por conveniencias o necesidades, no por motivos de carisma de una orden.En Buenos Aires se pensó en las carmelitas descalzas, pero en sus reglas no permitían más de veinti una; trinitarias, por el nombre de la ciudad, pero era necesario traerlas desde Lima, por lo que finalmente se decidieron  por las dominicas que se podían trasladar con menos inconvenientes desde Córdoba, el primer convento femenino en el territorio argentino.

Primeras monjas en Buenos Aires
A la derecha se ve la fachada actual de la iglesia Sta. Catalina de Siena.

Según el padre Torres Briseño, el fundador del convento de Buenos Aires, "mi ánimo ha sido siempre hacer una fundación media entre descalzas y calzadas; de suerte que de éstas excluya lo profano que vive muy vecino de la relajación; y de aquellas se logre lo penitente sin extremosa austeridad" destaca Cayetano Bruno.

Con las dominicas se concretaron sus deseos. Si bien es una orden esencialmente contemplativa, de censura, que como todas establecen sus votos de obediencia, castidad y pobreza, ésta no resultó tan extrema como  la planteada por las capuchinas. En el convento de Nuestra Señora del Pilar la austeridad se manifestaba en no tener propiedades, en la comida, en los hábitos rústicos, en la incomodidad de su colchón. Esta diferenciación de la vida conventual, junto con el requisito de una mayor dote que exigía Santa Catalina, explicaría en parte la diferencia procedencia social de las aspirante a cada convento.

En la vida de las dominicas por ejemplo no eran tan duros los ayunos porque era necesaria una buena salud para trabajar, rezar y servir a Dios con fuerzas y alegría.

Primeras monjas en Buenos Aires

Recordemos que  Santo Domingo primero creó la orden de las monjas de clausura y luego la orden de los predicadores para que ellas hablaran con Dios y ellos de Dios. 

El convento se dedica a Santa Catalina de Siena, se conserva se ve en izquierda de  su imagen por Fray Juan Bautista Maíno de 1612- 1614.que hoy se encuentra en el   Museo del Prado.

Se dedican a la oración a la que le dedicaban 8 momentos del día en la vida dentro del claustro, para consagrar la gloria de Dios, la edificación de la Iglesia y para salvación del mundo, pero separadas de él. Este alejamiento no significa un desinterés por las cosas del mundo, sino un apartarse para tener el alma más sensible a lo que Dios dice, en el silencio lograr mayor conexión con él y así estar más atentas a las necesidades de los hombres, más que ellos mismos, que están envueltos en el torbellino y aturdimiento de la vida.

Ellas se sienten orgullosas de su amistad con Dios, pues en la vida de su casa han tenido muestras muy valiosas de su apoyo y protección, tanto en 1807 cuando sufrieron las invasiones inglesas, en las que sufrieron saqueos y destrozos pero ellas  fueron respetadas, como en la década del 1820, con las reformas rivadavianas.

En su fundación estaban a 8 cuadras de la Plaza de Mayo lo que se consideraba alejada del

Primeras monjas en Buenos Aires
centro y con esa misma intención la orden en 1974 se trasladó a San Justo. Allí como símbolo de su alejamiento del mundo material conservan aún las rejas que las separa en la capilla como en el locutorio. Ya no son los enrejados entre los muros para escuchar misa sin ser vistas o las rejas de madera y colocado un lienzo en la nave detrás para asistir a la celebración. Aunque mantienen las rejas en la capilla son muy ornamentales solo representando su voluntad de entrega a Dios. Además su comunicación  con el mundo se hacía a través de los tornos. Hoy recurren al portero eléctico, el buzón y el teléfono.                          Molde de las hostias para la Eucaristía

También recurren a  la tecnología  para un sistema de parlantes que les  permite llevar las lecturas piadosas a cada rincón del convento. Así la que esta en la cocina, como las que están en el taller común encargándose de la restauración de imágenes, de encuadernar, de proparar la vestimenta para los sacerdotes de la orden y de otras, de elaborar las hostias para la Eucaristía, de confeccionar ornamentos o estatuillas de yeso se ven acompañadas de lecturas que le ayudara a tener el corazón y la mente en Dios. Lo mismo que en las comidas, permaneciendo en silencio, alimentan su cuerpo y el espíritu.

Laboralmente las dominicas de hoy son más activas que las precedentes porque además de las actividades propias deben repartirse las tareas de cuidado de la casa que lo hacen por turnos. Mientras en la colonia ingresaban sirvientas y esclavas donadas a las que se le impartía ordenes para las actividades más duras.

En la colonia bordaban, la madre priora regalaba los trabajos a algunas autoridades que llegaban de visita o a los benefactores, pero no era necesario para el sostenimiento del convento, que se satisfacía colocando el dinero de las dotes a censo al 5% anual a través del alquiler de algunas fincas. El monto de la dote  se usaba para el vestido, el calzado, comida, gastos médicos (botica, sangrador) y capellán.

Algunas se dedicaban a la literatura, a la poesía (se conservan obras de una de ellas, Sor Cayetana del Santísimo Sacramento) y a la música.

Las tierras del convento llegaban a la orilla del Río de la Plata de allí que el barrio actual toma el nombre de nuestras primeras monjas.

Primeras monjas en Buenos Aires
Los requisitos exigidos actualmente para incorporarse al  convento variaron: salud física,madurez psicológica proporcionada a la edad, recto juicio, carácter abierto e idoneidad para la vida comunitaria.

De las 97 monjas que profesaron desde la fundación del convento hasta 1810, una tomaba el velo blanco de cada siete de velo negro, que eran entre las que se elegía priora. Dieciocho accedieron al cargo de Priora, algunas en más de un período y doce de ellas pertenecían al sector social más alto: los padres de ocho de estas monjas tenían grado militar, tres fueron miembros del Cabildo, uno llegó a Gobernador, uno se desempeñaba como comerciante, tres pertenecían a la Tercera Orden de San Francisco y uno era Caballero de la Orden de Santiago.

El convento ha dejado de ser el espejo de una sociedad jerarquizada donde las desigualdades se planteaban a través de los distintos velos, negro si se dedicaban a los oficios más nobles o blanco que hacían trabajos corporales. Se incorporaban señoritas con  sus sirvientes y esclavas, además, se justificaba que sólo las más relacionadas con la élite llegaban a prioras, pues se requería de mayor educación para tener a cargo el manejo de un grupo grande de mujeres, el manejo económico del convento y los conocimientos de las reglas y constituciones, del latín y de la liturgia debían  ser excelentes, ya que era su deber supervisar todo lo que ocurría  en el convento.

Durante todo el período colonial ingresaron 12 monjas de velo blanco (sobre un total de 97) al monasterio de las Catalinas.

Primeras monjas en Buenos Aires








La clausura y la vida de oración, como ya dije,  son los rasgos distintivos de esta orden. La primera representa el sacrificio perpetuo de la libertad personal, de la belleza física, del talento natural, del deseo de brillar, de las conversaciones, halagos y comodidades del siglo. este completo alejamiento del mundo es indispensable a su alta vocación a la  vida contemplativa y de incesante oración.

Pero las dominicas de clausura de hoy como ayer, aspiran a la perfección cristiana por medio de sus votos perpetuos de obediencia, pobreza y castidad; de la reflexión mística; de renunciar a todo para ser voz de todos los que no rezan porque no saben o porque no quieren; de entregar sus vidas a Dios, por amor a Dios y a los hombres.

La Iglesia de Santa Catalina de Siena, en San Martín esquina Viamonte, fue declarada Monumento Histórico Nacional por Decreto 120.412 del 21 de mayo de 1942, mientras que el Monasterio recibió similar distinción por Decreto 369 del 18 de febrero de 1975.

Primeras monjas en Buenos Aires


viernes, 24 de marzo de 2023

Ley Piazza. Ampliación de la prescripcion de los delitos de abuso sexual en Argentina

 


Los cambios legislativos en Argentina que garantizan las denuncias por abuso a niños, niñas y adolescentes


Las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud y Unicef señalan que 1 de cada 5 niñas y 1 de cada 13 niños sufren algún tipo de abuso sexual durante la infancia. Aproximadamente el 35% son menores de 7 años.  

En relación a los perpetradores aproximadamente el 95% son varones y las estadísticas indican que alrededor del 90% son familiares o pertenecen al entorno de confianza de la familia de los niños.  Se calcula que de cada 1000 casos solo 100 se denuncian y apenas uno se condena. 

abuso sexual infantil

Cuando hablamos de abuso sexual en la infancia hacemos referencia a un conjunto de conductas o actos que contienen un contenido sexual, que lo comete una persona adulta hacia una niña o niño con el propósito de conducir a su gratificación sexual. La gratificación del ofensor va a a estar ligada al placer que le produce la relación de dominio – sumisión – control. Y al estar cometidos por un adulto estos actos tienen una intención sexual que no es comprendida por los niños de la misma manera que es comprendida la sexualidad por las personas adultas,  ya que ellos no se encuentran ni evolutiva ni emocionalmente maduros para comprenderlos.

Hay una diferencia básica entre la adultez y la niñez por su nivel madurativo y por su nivel de desarrollo psicosexual. Y tampoco puede dar consentimiento, aunque estos actos contengan o no una coacción explícita por cualquier medio y aunque comporte o no contacto físico o genital.
abuso sexual infantil


El término consentimiento no encaja en el contexto del abuso sexual infantil, porque los niños abusados sexualmente están siendo sometidos a la voluntad de quien abusa de ellos, voluntad que además se ejerce desde una posición de autoridad y con diversos niveles de coerción. Esta diferencia entre una niña y niño  y el adulto da cuenta de un desequilibrio de poder marcado por la asimetría de edad y por el lugar de significación que tiene ese adulto para ellos. Esta asimetría de poder ubica siempre a la víctima en un alto estado de vulnerabilidad y dependencia. Nunca se acepta el consentimiento en los menores.


abuso sexual infantil

¿Qué conductas incluye el abuso sexual hacia los niños? 

  • Violación, exposición de los órganos sexuales, tocamientos, contacto genital oral,  hacer que les niñes toquen al adulto en sus genitales, por encima o por debajo de la ropa,  
  • Explotación sexual comercial: supone su utilización para relaciones sexuales remuneradas, pornografía infantil, utilización de niños, niñas y niñes en espectáculos sexuales, donde exista además un intercambio económico o pago de otra índole para los niños o para un tercero intermediario. 
  • Trata de niños: implica el ofrecimiento, la captación, el transporte y/o traslado -dentro del país, desde o hacia el exterior-, la acogida o la recepción de niños, con fines de explotación sexual. 
  • Grooming: es la acción deliberada por parte de un adulto de acosar sexualmente a un niño o  niña mediante el uso de internet. 

La ESI cumple un rol fundamental para prevenir y dar herramientas a los niños para que puedan contar lo que les pasa. Muchos casos de abuso sexual fueron detectados en las escuelas luego de clases de ESI, donde una niña o niño  tuvo la confianza necesaria para poder contar lo que estaba padeciendo. La Ley de Educación Sexual Integral en Argentina fue promulgada en el año 2006 garantiza el derecho de cada niño o niña y adolescente a recibir educación sexual integral, en la totalidad de los niveles y establecimientos educativos del país.  

Abarca temas como el reconocimiento del propio cuerpo, la prevención e identificación de casos de violencia sexual contra los niños y las niñas, prevención de embarazos no deseados, la libertad de elección sexual, el cuestionamiento a estereotipos de género y a mandatos sociales que generan inequidad. 

En los últimos 20 años en Argentina hubo modificaciones a la normativa que garantiza el acceso a la Justicia de niñas, niños y adolescentes abusados sexualmente, leyes que se fueron adecuando al impulso de las propias víctimas y que permitió ahora que un joven pudiera hablar cuando pueda hacerlo.

Fue con la sanción de la ley 25.087 en 1999, que sustituyó el título "Delitos contra la honestidad" por el de "Delitos contra la Integridad Sexual" en el Código Penal, un cambio conceptual que implicó dejar de lado las consideraciones ético-religiosas en la persecución de estas violencias.

Este cambio legislativo también implicó la derogación de un artículo que eximía de prisión a un delincuente sexual por casamiento posterior con la víctima, pero introdujo en su lugar la figura del "avenimiento" que fue eliminado recién en 2012.

El avenimiento estipulaba que la víctima mayor de 16 años podía proponer al tribunal un entendimiento con el imputado por agresión sexual, que los jueces podían aceptar excepcionalmente en caso de que fuera formulado libremente y si existía una relación afectiva preexistente.

De esa manera la acción penal se extinguía, lo que ocurrió en el caso de Carla Figueroa, la joven pampeana de 19 años que se casó con el hombre que la había violado en 2011 con la consecuencia de que a los pocos días de recuperar la libertad él la asesinó a puñaladas. Un año después, la figura del avenimiento había desaparecido del Código Penal a través de la ley 26.738.
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Once años más tarde, se sancionó la ley 26.061 de Protección Integral de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes que, entre otras cosas, estableció que tenían derecho a participar en todo procedimiento judicial en el que estaban involucrados y a ser escuchados en los tribunales.

Con la Ley número 26.705 conocida como Ley Piazza porque fue impulsada por el diseñador y presidente de una fundación contra el abuso sexual infantil. Tras años de militancia social logró que el proyecto ingresara en el Congreso, dónde recibió el respaldo de todos los bloques políticos

La ley fue ingresada en el Senado por María Eugenia Estenssoro, siendo aprobada por unanimidad, en el caso de la Cámara de Diputados, se aprobó por 200 votos a favor, ninguno en contra y dos abstenciones.​

En el año 2011 la llamada “Ley Piazza” modifico el Código Penal, ampliando la prescripción del abuso de menores de edad, estableciendo que el delito comenzaba a prescribir a partir de que la Page 2 “2019 - Año de la Exportación” víctima cumple 18 años.

En 2015, dicha ley fue modificada ya que se amplió el tiempo de prescripción para comience a computarse desde el momento de la denuncia.​ La nueva ley, identificada con el número 27.206 y conocida como la ley de “Respeto a los Tiempos de las Víctimas” recoge la doctrina y jurisprudencia nacionales vigentes así como las normas internacionales a las cuales Argentina ha adherido y está obligada por el artículo 75 de la Constitución, como la Convención sobre los Derechos del Niño (1989)


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Por estas leyes se modificó el Código Penal de manera que:

Artículo 1º.- Objeto. Esta ley tiene por objeto establecer la imprescriptibilidad de los delitos previstos en el Código Penal en los Artículos 119, 120, 124, 125, 126, 127, 128, 129, 130, 131, 145 bis y 145 ter.

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 Artículo 2°.- Derogación. Se derogan los párrafos 4 y 5 del artículo 67 del Código penal. Artículo 3°.- Incorporación. Incorpórese al Título X del Código Penal el art. 62 bis, el que quedará redactado de la siguiente manera: “Artículo 62 bis: Será imprescriptible la acción penal cuando se tratare de: 1) Delitos contra la integridad sexual, previstos en los art. 119 (castigo de estrupo Será reprimido con reclusión o prisión de seis (6) meses a cuatro (4) años el que abusare sexualmente de una persona cuando ésta fuera menor de trece (13) años o cuando mediare violencia, amenaza, abuso coactivo o intimidatorio de una relación de dependencia, de autoridad, o de poder, o aprovechándose de ., 120 (PENAS ASOCIADAS: Agresión sexual sin consentimiento con contacto corporal directo que afecta las partes sexuales del cuerpo de un menor de dieciséis años, aprovechándose de su inmadurez sexual, en razón de la mayoría de edad del autor), 124, 125, 126, 127, 128, 129, 130 y 131. 2) Delitos contra la libertad individual, previstos en los art. 145 bis y 145 ter. 

Información importante

*Atención especializada sobre los derechos de niñas, niños y adolescentes

Línea 102 (gratuita y confidencial)

Línea 137 (Si sos víctima de violencia familiar o sexual)

Por provincias: https://www.argentina.gob.ar/desarrollosocial/linea102/areasninez

Urgencias al 911*

Fuente: 

Télam

https://surcos.org