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domingo, 5 de mayo de 2019

Raquel Liberman o Zimmerman realidad o ficción


Raquel Liberman

La polaca 

que luchó contra los prostíbulos

 

En  marzo de 2019 comenzó la proyección de la novela “Argentina, tierra de amor y venganza"  ambientada en la Argentina de la década de 1930, en tiempos de bonanza y progreso, que muestra la oleada de inmigración principalmente europea y ladeterioradas  política y economía propias de nuestra Década Infame.

Impecables locaciones, cuidado vestuario e incorporación de automóviles de época se ponen al servicio de una historia basada en hechos y personajes verídicos.



Raquel LibermanEn un mundo entre conventillos y prostíbulos se mueve el personaje de la China Suarez  como Raquel Zimmerman pero la historia registra a la verdadera  “Polaca” como Raquel  Liberman, una mujer judia polaca, víctima de la trata de personas en Argentina  que se atrevió a romper el silencio, a denunciar a sus tratantes regenteados nada menos que por la Sociedad Israelita de Socorros Mutuos ‘Varsovia’, recordada como la ZWI MIGDA.


Sólo la ZWI MIGDAL llegó a regentear dos mil prostíbulos. Y desde el inicio contó con la complicidad, la tolerancia y hasta con la participación de agentes del Estado, ya sea la policía y otras fuerzas de seguridad, las autoridades migratorias, jueces, políticos o personajes prominentes de la actividad económica y social.


Su nombre real era Ruchla Laja Liberman y había nacido el 10 de julio de 1900 en Berdichev, actual Ucrania. Se fue a Polonia en su adolescencia y a los 24 años llegó a Buenos Aires, como tantas otras judías de Europa Oriental escapando al hambre  y las persecuciones antisemitas. Por lo difícil de su nombre, aquí comenzaron a llamarla Raquel.


Raquel LibermanEn la ficción, Raquel llega engañada a Buenos Aires, creyendo que un matrimonio arreglado la espera y que tiene un futuro por delante, pero es alojada en un burdel y obligada a prostituirse. En la realidad ella llegó en 1924 con sus dos hijos para encontrarse con su esposo, Yaacob Ferber, que había inmigrado un año antes, se instala en Tapalqué, provincia de Buenos Aires donde  la cuñada de la Polaca, Elke, era la madama de un burdel. A  poco de llegar,  su esposo muere víctima de tuberculosis, entonces deja a sus hijos al cuidado de una pareja y viaja a Buenos Aires donde por su dificultad en el idioma y su ignorancia, cae víctima de prostitución.


A causa de la pobreza y la persecución religiosa que sufrían estas mujeres, sus padres confiados las vendían a caballeros que resultaban rufianes que fraguaban un matrimonio religioso entre la mujer explotada y explotador. Al llegar eran obligadas a firmar un contrato por el que se comprometían a pagar el viaje, la ropa, el alimento, la renta de la pocilga donde la alojaban y su mobiliario. Todo a precio varias veces superior al real, por lo que su deuda se eternizaba y se convertía en un instrumento más de retención.

La “clientela” de estas mujeres traficadas eran en primer lugar inmigrantes europeos que habían venido solos, en búsqueda de oportunidades laborales. Ellos eran consumidores de las “blancas” europeas que terminaron por desplazar a las nativas en el “mercado” del comercio sexual. Pero también había una exclusiva clientela, la alta burguesía porteña, una importante cantidad de señores ricos que consumía, entre sus placeres, una prostitución de alto nivel, mujeres “importadas” especialmente para ellos.

Raquel Liberman


En el caso de Raquel, con el tiempo fue capaz de comprar su libertad gracias a lo que ganaba y ahorraba, pero  pronto fue engañada por  un nuevo esposo, José Korn, quien con los ahorros de Raquel,  compró una casa que puso a su nombre y convirtió en prostíbulo, dejándola otra vez a ella sin nada, para obligarla a reingresar a la red de trata de la temible organización. Sin embargo, Raquel no se dio por vencida y fue a la Justicia a denunciar la estafa que había sufrido.

Raquel Liberman


En  1930 la denuncia de Raquel, que se había originado tras su reclamo para recuperar el dinero robado por su ex esposo, terminó con una redada masiva de miembros de la Zwi Migdal. A pesar de que la mayoría de los que habían sido detenidos luego fueron liberados, la organización no se recuperó del golpe y terminó desapareciendo porque puso al descubierto una verdadera red de  complicidades que incluía médicos, policías, agentes migratorios, jueces y personalidades destacadas de la política vernácula.

Raquel LibermanRecordemos que la prostitución era vista como lo que permitía mantener sana la estructura familiar y la honradez de las mujeres decentes. Para ello estaba en vigencia un sistema que hacía registrarse a las pupilas de los burdeles, que se debían someter mensualmente al control médico. Un "mal necesario", permiso para los desahogos sexuales masculinos y la preservación de salud pública, de allí el nombre de Casas de Tolerancia.



Raquel LibermanLos intentos por combatir la trata de mujeres fueron muchos, pero nada exitosos. En 1913 el diputado socialista Alfredo Palacios presentó la Ley 9143, llamada Ley Palacios, la primera ley en el mundo contra la “Trata de Blancas, la prostitución de niñas y adolescentes y el proxenetismo”, colocando a la Argentina en la vanguardia legislativa de la época. Pero a pesar de su sanción, la aplicación se mantuvo congelada hasta 1960, cuando Argentina ratificó el “Convenio para la Represión de la Trata de Personas y la Explotación de la Prostitución Ajena” de la ONU de 1949.

Recién en 1936 se promulgaba la ley 12.331 “Ley Nacional de Profilaxis” que prohibía los prostíbulos en todo el país con el objetivo de controlar la sífilis. La prostitución ejercida en ámbitos comunes para tal fin, se convertía así en un delito.
Con esta ley, además de intentar evitar el avance de la sífilis, se proponían combatir el proxenetismo y la práctica de coimas entre funcionarios policiales y judiciales, lo que ya era moneda corriente.
Fue conocida popularmente como la ley de “cierre de prostíbulos” adoptando el país una posición abolicionista que perdura al día de hoy. “La prostitución como actividad por elección personal no está prohibida; sí lo están los prostíbulos en todas sus formas”